¿Cómo? A través de oscilaciones cerebrales que representan probabilidades de eventos futuros.
Un estudio revela que el cerebro predice el futuro inmediato. Esto quiere decir que muchas funciones complejas —como tomar decisiones rápidas o mantener la atención— en realidad operan bajo principios estadísticos y no por reflejos.
Un equipo de neurocientíficos alemanes descubrió que nuestro cerebro no solo reacciona al entorno, sino que lo anticipa. ¿Cómo? A través de oscilaciones cerebrales que representan probabilidades de eventos futuros.
Investigadores alemanes demostraron por primera vez que ciertas regiones del cerebro usan frecuencias alfa (7–12 hz) y beta (15–30 hz) para representar cuánto falta para que ocurra un estímulo, ya sea visual o auditivo. Estas señales permiten anticipar lo que va a pasar y responder con rapidez, según publicaron en la revista Nature Communications.
Para saber esto, analizaron la actividad cerebral de 23 personas mientras esperaban estímulos visuales o auditivos que aparecían en momentos variables. A medida que las personas aprendían a anticipar cuándo llegaría el siguiente estímulo, sus tiempos de reacción se acortaban. Pero lo llamativo es que, incluso antes de que ocurrieran los estímulos, el cerebro ya mostraba patrones eléctricos que reflejaban la “probabilidad” de que ocurrieran.
Además, encontrarse que hay tres zonas puntuales que se activan en sincronía con la anticipación:
-la corteza parietal posterior, clave para preparar movimientos;
-la circunvolución temporal media posterior, que procesa la secuencia temporal de eventos;
-y la corteza sensoriomotora, que ejecuta la acción una vez que el evento se confirma.
Así, cuanto más probable es el evento, más intensa es la actividad cerebral en esas frecuencias.
Según explicaron los investigadores al Max Planck Institute, saber esto permite buscar estrategias para entrenar al cerebro a pensar con anticipación, mejorar el rendimiento en situaciones críticas o incluso entender mejor trastornos como el TDAH o el Párkinson.
