El consumo involuntario de microplásticos puede destruir células humanas, según estudio

Según uno de los últimos estudios al respecto, el consumo anual de microplásticos en humanos va entre 74.000 y 121.000 partículas por año.

La contaminación por microplásticos ya llegó hasta los rincones menos pensados del planeta. Se detectó su presencia en la cima del Monte Everest, en las profundidades más sórdidas del océano y en el hielo de la Antártida.

Y también dentro del cuerpo humano. Desde hace ya un tiempo que la ciencia sabe que las personas consumen de forma involuntaria miles y miles de partículas de microplásticos principalmente a través del agua y los alimentos.

Los microplásticos son piezas muy pequeñas de material plástico que contaminan el medioambiente. ¿De dónde salen? De una gran variedad de fuentes, como neumáticos, productos cosméticos o de limpieza, ropa, deshechos plásticos de uso cotidiano, procesos industriales. Esos plásticos terminan entrando en nuestro cuerpo por el aire que respiramos, el agua que tomamos y los alimentos que consumimos.

Los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista científica Journal of Hazardous Materials aseguró que en los niveles de consumo registrados en humanos, los microplásticos causan daño a las células.

El daño incluye la muerte celular y reacciones alérgicas. “La investigación es la primera en mostrar que esto sucede a niveles relevantes para la exposición humana. Sin embargo, el impacto en la salud del cuerpo es incierto porque no se sabe cuánto tiempo permanecen los microplásticos en el cuerpo antes de ser excretados”, apunta un artículo publicado en el diario británico The Guardian.

Para alcanzar estos resultados, los investigadores analizaron 17 estudios previos sobre los impactos toxicológicos de los microplásticos en las líneas celulares humanas. Así, los científicos compararon la cantidad de microplásticos que causaron daños a las células con los niveles consumidos por las personas a través del agua potable, los mariscos y la sal de mesa contaminados. Entonces encontraron tipos específicos de daños (muerte celular, respuesta alérgica y daño a las paredes celulares) causados por la cantidad de microplásticos que ingieren las personas.

“Los efectos nocivos sobre las células son en muchos casos lo que inicia otras enfermedades”, dijo uno de los principales autores de la investigación. Y agregó: “Deberíamos estar preocupados. En este momento, no hay realmente una manera de protegernos".

Los investigadores creen que estudios más a largo plazo podrían identificar a ciencia cierta los alimentos más contaminados y así poder evitarlos. No obstante, la única manera de salvarse del plástico es limitar su uso al mínimo porque una vez que este material entra en el medio ambiente realmente no se puede sacar.

Las investigaciones sobre el impacto de los microplásticos no paran de aumentar dentro de las revistas especializadas, lo que demuestra el interés de la ciencia por conocer los efectos de esta contaminación a la que estamos expuestos.

Para quienes firman esta última publicación, lo siguiente debería ser analizar el daño de los microplásticos en animales de laboratorio. ¿Por qué? En marzo, apunta The Guardian, un estudio mostró que pequeñas partículas de plástico en los pulmones de las ratas preñadas pasan rápidamente al corazón, cerebro y otros órganos de sus fetos.

El resultado es “un motivo de gran preocupación”, dicen los expertos, porque en diciembre del año pasado se encontraron microplásticos en placentas de bebés por nacer. A su vez, en octubre, los científicos demostraron que los bebés alimentados con leche de fórmula en botellas de plástico tragaban millones de partículas al día.

Los datos

Según uno de los últimos estudios al respecto, el consumo anual de microplásticos en humanos va entre 74.000 y 121.000 partículas por año, dependiendo de la edad y el sexo.

Las personas que toman agua embotellada pueden consumir 90,000 microplásticos adicionales en comparación con los que solo toman agua de la canilla. Esto por los procesos industriales de embotellamiento.

Según este estudio los alimentos con mayores cantidades de microplásticos son mariscos, peces, miel, sal, azúcares, cerveza y agua. Todavía no se pudo analizar su presencia en carnes y vegetales.

 


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