El poder sanador del humor y la risa, según la ciencia

Tanto a nivel físico como del sistema inmunitario, la risa colabora de forma positiva para la vida de los humanos.

La doctora en ciencias de la salud Isabel Iguacel, escribió en su columna en The Conversation lo siguiente: “Después de dos años un tanto atípicos, la mejor pastilla que podemos recetar los sanitarios es la risa y recomendar tomarse la vida con humor”. Esto puede sonar un poco absurdo y hasta inocente en el mundo en el que vivimos, pero lo cierto es que detrás de esta afirmación hay consenso científico en que la risa y el humor nos hacen bien en varios sentidos.

Empecemos por los beneficios físicos más evidentes. Al reírnos, cientos de nuestros músculos se contraen, incluyendo los faciales, del tórax y del abdomen. A su vez, la carcajada moviliza el diafragma, el principal músculo inspiratorio, permitiendo aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la respiración. Lo que lleva a un aumento saludable de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Pero la cosa no se queda acá. Diversos estudios ya demostraron que reír aumenta los niveles de inmunoglobulina A y de los linfocitos NK reforzando nuestro sistema inmunitario. Además, algunas investigaciones señalan que la risa mejora la calidad del sueño y combate el insomnio.

Hasta acá la evidencia de los beneficios físicos. Pero reírnos también es positivo para nuestro cerebro y su capacidad de sociabilización.

La risa disminuye los niveles de cortisol -la principal hormona del estrés- y de la adrenalina, mientras que aumenta la liberación de endorfinas y serotonina, dos hormonas que estimulan positivamente al cerebro y están directamente relacionadas a sentirse bien, alegres, relajados y empáticos.

Un estudio publicado en la revista National Library of Medicine señala que el humor mejora nuestras relaciones interpersonales y aumenta el poder de atracción entre las personas. Tanto hombres como mujeres creen que el sentido del humor es un atributo más deseable en una pareja que la inteligencia, la educación, la profesión o el instinto sexual. O sea que las personas reconocemos el valor de la risa y su influencia positiva aunque sea de forma inconsciente.

Es que estar cerca de la risa hará que tarde o temprano nos contagiemos de ella, como pasa con un bostezo. Es que cuando observamos una cara sonriente, se activa un grupo de células nerviosas llamadas neuronas espejo que nos impulsan a sonreír. Es 30 veces más probable que la risa se produzca en compañía de otros que cuando uno está solo.

Luego de esta larga lista de beneficios clínicos que tiene la risa, vale preguntarse ¿por qué nos reímos?

La profesora emérita de psicología cognitiva en el Grinnell College, Janet Gibson, aventura una respuesta al afirmar que la risa evolucionó en los humanos como señal de comunicación.

“Hace cientos de años la risa era el pegamento que mantenía unido a un grupo", explicó en el podcast Chasing Life. Y agregó: "La risa es una señal externa que puede decir al grupo que todo está bien, que podemos relajarnos. No hay necesidad de estar ansiosos o amenazados por lo que ocurre a nuestro alrededor. Así que esto sería realmente una gran herramienta de supervivencia para los primeros grupos humanos". La creencia es que, a lo largo de los siglos, el cerebro mantuvo estas conexiones y así fue que se refinó el concepto de sentido del humor.