Flores y aceites: así es desde adentro la industria del cannabis medicinal en Uruguay

En el informe, conocemos una empresa que fabrica aceite, otra que produce flores medicinales y una que ofrece servicio de secado y podado de las plantas.

Desde que se comenzó el camino de la regulación del mercado de cannabis en Uruguay, en el año 2013, que fue cuando se aprobó la ley, diversas empresas nacionales y de otras partes del mundo recibieron 199 licencias por parte del Estado para la plantación, industrialización, investigación y desarrollo de productos cannábicos.

Algunas de ellas operan en el Parque de las Ciencias, en Montevideo.

Este el caso, por ejemplo, de Fotmer, un cultivador de cannabis medicinal establecido en Uruguay y con relaciones comerciales con Estados Unidos, la Unión Europea y el Medio Oriente.

"Estamos en la sala de plantas madre, en el parque de las ciencias, nosotros aquí lo que hacemos es desarrollar y mantener nuestras genéticas. Tenemos 27 genéticas diferentes. Aquí nos dedicamos a mantener y propagar nuestras genéticas con el objetivo de desarrollar un producto estandarizado. Es decir, la industria farmacéutica necesita que nuestro producto sea estable y sea siempre igual. Entonces aquí y en todo el proceso nos enfocamos en cuáles son esos puntos de control que tenemos que tener para desarrollar un producto que sea siempre igual", dijo Elena González Ramos, gerenta de Ciencias y Calidad en Fotmer.

Así, los biólogos se fijan en que el sustrato sea inerte, es decir que no afecte los valores o la genética de la planta, que el alimento sea siempre el mismo y también el resto de los cuidados. De esta forma, la planta siempre será la misma y así se garantiza su calidad.

"Acá tenemos las madres, creamos los clones. Y esos clones viajan a Nueva Helvecia, donde transcurre el desarrollo vegetativo, la floración, la cosecha y la poscosecha", señaló González Ramos.

Desde Nueva Helvecia salen las flores como producto final que se venden en Alemania, Portugal e Israel bajo estrictos estándares de calidad y producción. Estas flores se venden en estos países bajo prescripción médica para tratar, generalmente, dolores crónicos y otros síntomas de varias enfermedades.

"En general lo que cuidamos son las condiciones ambiente, porque esto es todo lo que se llama un sistema indoor, no utilizamos las condiciones ambiente externas.  Lo que buscamos es estandarización, esa es la palabra clave. En la producción de plantas medicinales, sea cannabis o sea otra planta medicinal", apuntó Javier Varela, bioquímico y director de Operaciones en Fotmer.

También dentro del Parque de las Ciencias funciona Aurora, una multinacional canadiense cuyo producto hecho en Uruguay es un aceite para uso medicinal que por ahora solo circula en el mercado local, aunque próximamente también lo hará en Brasil.

Aurora cuenta con una tecnología hecha a medida para extraer el THC y el CBD de una planta, los dos compuestos más buscados por la medicina.

Las plantas ingresan a esta máquina y se extraen sus cannabinoides utilizando dióxido de carbono como solvente.

"Con estos separadores que ven acá es posible recoger el extracto que luego que es extraído del material vegetal y se recoge en estos separadores el CND y el THC que nos interesa y luego va a ser enviado al interior de la planta para los procesos de purificación posteriores", afirmó Federico Geymonat, jefe de Producción en Aurora.

Ese extracto es el ingrediente medular para la fabricación de gotas medicinales que se recetan en Uruguay para tratar epilepsia refractaria y los efectos secundarios de la quimioterapia.

Por último, y ya fuera del Parque de las Ciencias, funciona Fidawel, una empresa que ofrece servicio de poda y secado de las plantas a otras empresas que tercerizan este servicio.

"Nosotros recibimos la flor en verde, puede ser planta entera o descogollado, secamos y luego dependiendo de lo que quiera el cliente se le hace selección por tamaño, trimeado manual, lo que están haciendo en la otra sala, podemos envasar. Tenemos una capacidad de procesar cinco mil kilos en el secado en frío cada siete días y después tenemos el secado a calor que demora menos días, se seca más rápido, tenemos para hacer 25 toneladas cada siete días. En este momento tenemos unas seis personas porque no estamos en zafra, pero en la zafra hemos llegado a tener 60 personas", dijo Leticia Golpe, encargada de Producción y Operaciones en Fidawel.

Estos son apenas tres ejemplos de cómo la industria del cannabis medicinal e industrial trabaja en Uruguay y proyecta poder seguir creciendo y diversificando su oferta y sus mercados.