Humanos y delfines en Brasil cooperan desde hace décadas para obtener una pesca mayor en un raro fenómeno natural

Esta rara práctica fue observada por un grupo de científicos durante 15 años y ahora publican sus resultados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.

En la costa suroeste de Brasil sucede un fenómeno prácticamente único en todo el planeta. Dos depredadores de especies distintas que se sincronizan y cooperan con un mismo objetivo: conseguir comida.

Uno es el ser humano y el otro el delfín mular. Se trata de una técnica transmitida durante generaciones en la que humanos y delfines aprendieron a pescar de forma sincronizada en la localidad de Laguna, en Brasil, una extraña asociación que se perpetúa a lo largo del tiempo porque reporta beneficios a ambas partes.

Esta rara práctica fue observada por un grupo de científicos durante 15 años y ahora publican sus resultados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, en los que concluyen que pescadores y delfines sacan un beneficio ya que ambos consiguen más peces juntos que si trabajaran solos.

"Sabíamos que los pescadores observaban el comportamiento de los delfines para determinar cuándo lanzar sus redes, pero no sabíamos si los delfines coordinaban activamente su comportamiento con el de los pescadores", explicó el coordinador del estudio.

Con el uso de drones e imágenes submarinas pudieron observar el comportamiento de ambos con un detalle sin precedentes y descubrieron que capturan un 13% más de peces trabajando en sincronía.

Este beneficio favorece la supervivencia de los delfines que practican la pesca cooperativa en esa zona y el bienestar socioeconómico de los pescadores. La mayoría de las interacciones entre especies, incluidas las que se dan entre humanos y otros animales, son más competitivas que en busca del beneficio mutuo, pero este no es el caso.

“Esto hace que este sistema sea de gran interés científico, ya que puede ayudarnos a comprender en qué condiciones puede evolucionar la cooperación y en qué condiciones podría extinguirse, o pasar de una interacción cooperativa a una competitiva", destacó un investigador de la Universidad de Zúrich.

Esta práctica se considera una tradición cultural en la ciudad de Laguna, donde se practica desde hace más de 140 años y se transmitió a través de generaciones de pescadores y delfines. La relación de pesca cooperativa es específica de esta población de delfines y no es un rasgo genético de los animales, afirma el estudio.

Existen testimonios históricos y recientes de comportamientos similares en algunos lugares del mundo, pero la práctica está en declive o desapareció por completo en la mayoría de los lugares, y en otros prácticamente no se estudió nunca.

Aunque los investigadores no saben qué pasará en el futuro, estiman, según su datos y modelos, que si las cosas siguen sin cambios llegará un momento en que la interacción dejará de interesar, al menos a uno de los depredadores: los delfines o los pescadores.


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