La arqueología revela los secretos químicos de la momificación entre los antiguos egipcios

El hallazgo de vasijas de un taller de momificación en el yacimiento de Saqqara, reveló información sobre las sustancias químicas usadas por los antiguos egipcios para preservar a sus muertos.

La momificación es una fórmula y un proceso químico muy sofisticado. Y si bien puede ser que los antiguos egipcios no lo entendieran en estos términos, lo cierto es que tenían conocimientos microbiológicos y anatómicos bastante sorprendentes. Sin embargo, una buena parte de todos esos procesos de momificación permanecieron ocultos para la modernidad durante siglos. Hasta ahora.

El hallazgo de vasijas de un taller de momificación en el yacimiento de Saqqara, reveló información sobre las sustancias químicas usadas por los antiguos egipcios para preservar a sus muertos y que algunas llegaron de sitios tan lejanos como los bosques tropicales de Asia.

La momificación en el antiguo Egipto era larga, compleja e implicaba el uso de muchas sustancias diferentes. Un proceso del que se sabe principalmente por la literatura antigua y los análisis de residuos orgánicos de las momias, pero hasta ahora la función de los diversos elementos y el procedimiento eran poco claros.

Un equipo de científicos alemanes y egipcios reveló nuevos conocimientos sobre la química y las recetas de las técnicas de embalsamamiento de las diferentes partes del cuerpo y publicaron sus hallazgos en la revista Nature.

El estudio se basó en el análisis de 31 vasijas de cerámica recuperadas de un taller de momificación descubierto en 2016. Lo más sorprendente del hallazgo es que muchas de estas vasijas tenían no solo restos de sustancias, sino también inscripciones con procedimientos y recetas.

Algunas eran instrucciones para el embalsamamiento, como "poner tal sustancia sobre la cabeza" o "vendar tal parte del cuerpo con ella", y otros eran los nombres de los materiales usados, lo que permitió al equipo comprender qué sustancias químicas se utilizaban, cómo se mezclaban, su nombre y aplicación.

Así, identificaron resinas, aceites, ceras y fragancias que se podían usar como antifúngicos y antibacterianos, para preservar los tejidos humanos, reducir olores no agradables, sellar los poros de la piel o reducir la hidratación. Además, el análisis de los residuos químicos de los recipientes permitió aislar e identificar los restos moleculares de las sustancias, lo que también guardaba algunas sorpresas.

Por ejemplo, la sustancia etiquetada como “antiu” se tradujo durante mucho tiempo como mirra o incienso, pero en realidad era una mezcla de ingredientes muy diferentes. En este caso era una de aceites de cedro, de enebro y ciprés y grasas animales.

Este tipo de datos, según los autores del estudio, facilitan una relectura de los textos conocidos sobre el embalsamamiento en el antiguo Egipto y también sobre el origen de las sustancias usadas, porque muchas procedían de fuera de Egipto, pero no solo eran importadas de la región mediterránea, sino también de bosques de Asia o África. Esto demuestra que los embalsamadores tenían “conocimientos científicos que iban más allá de lo que se sabía por textos e investigaciones previas”.


Las Más Vistas