En medio de investigaciones y misiones cada vez más ambiciosas, los científicos tienen claro que hay mucho más para conocer del Sistema Solar de lo que ya conocemos.
La exploración espacial está en auge. En medio de investigaciones y misiones cada vez más ambiciosas, los científicos tienen claro que hay mucho más para conocer del Sistema Solar de lo que ya conocemos.
Parte de quienes definen las prioridades de investigación espacial para los próximos lustros son los integrantes de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Luego de un concilio celebrado recientemente, los científicos establecieron que es prioridad desarrollar una sonda que entre en la atmósfera de Urano, y otra nave que orbite alrededor del planeta por unos cuantos años. Así, se podrían obtener datos inéditos del gran planeta helado, informó el portal especializado Materia.
Al mismo tiempo, un artículo publicado en el último número de la revista Science, señaló que aventurarse a explorar Urano ayudaría no solo a comprender a este misterioso planeta, sino también sobre los orígenes y la evolución del sistema solar.
A su vez, Urano pertenece a las llamadas “supertierras”, planetas gigantes que son los más comunes, al menos en las galaxias cercanas. “Entenderlos supone comprender buena parte del universo”, escribió Materia.
Además, ambas sondas ayudarían a cartografiar a las cinco lunas principales de las 27 que tiene Urano. Allí se cree que podría haber ocultos verdaderos mundos oceánicos.
La misión está programada para el 2050. Parece mucho tiempo, pero en realidad no lo es tanto. Con las tecnologías actuales, las sondas tardarían más de 15 años en alcanzar Urano, atravesando 3.000 millones de kilómetros en el espacio exterior.
Uno de los principales desafíos es cómo hacer que una sonda llegue tan lejos. Al alejarse del Sol, los paneles solares no servirían por lo que habría que manejar otros combustibles alternativos como reactores de combustible nuclear.
En términos ideales, la misión debería aprobarse el año que viene, para que los ingenieros espaciales puedan ponerse a trabajar en las sondas y finalmente lanzarlas en 2030.
