La historia de "Lucy" y cómo se convirtió en el fósil más famoso del mundo

En 1974 se encontraron 52 huesos que juntos componían el 40% de un esqueleto: era un ejemplar que habitó la Tierra hace más de 3 millones de años: miembro de la especie Australopithecus afarensis, se la llamó Lucy.

El árbol evolutivo de la especie humana está en constante cambio y transformación.  Fue el hallazgo de Lucy, en noviembre de 1974, lo que cambió para siempre nuestras ideas de cómo los humanos actuales estamos estrechamente ligados a los primates.

Ese mismo año un equipo de paleontólogos estaba excavando en el valle del Afar, en Etiopía, cuando hallaron un esqueleto casi completo de un individuo femenino datado en 3,2 millones de años, que decidieron bautizar como Lucy. El origen de su nombre se lo podemos atribuir nada más ni nada menos que a los Beatles. Los investigadores cuentan que escuchaban la canción "Lucy in the sky with diamonds" cuando comenzaron a aparecer los primeros huesos fósiles y cuando el hallazgo terminó, decidieron bautizarlos bajo ese nombre.

Durante años se consideró que Lucy era un antepasado directo del "homo sapiens", hasta que, otros descubrimientos llevaron a los propios investigadores a pensar que se trataba de otra especie, el Australopithecus Afarensis.

Este hallazgo fue mundialmente reconocido y marcó un antes y un después en los conocimientos actuales sobre la prehistoria y la paleontología porque ayudó a delinear una teoría de cómo los primates de “humanizaron”.

“Un intenso cambio climático hace tres millones de años, y los movimientos tectónicos que crearon el Valle del Rift, crearon las condiciones adecuadas para la humanización”, publicó el portal científico Materia. Y agregó: “El ambiente más seco, en África oriental, habría reducido el número de árboles, haciendo más interesante caminar de pie, o al menos, como hacía con Lucy, combinarlo con la vida en los árboles”. Esta transformación también redujo los vegetales disponibles y empujó a aquellos protohumanos a comer más carne. Se cree que fue este alimento el que proporcionó la energía necesaria para hacer posible la aparición de un gran cerebro que decantó en el Homo-sapiens.

En este sentido el descubrimiento de Lucy fue especialmente importante porque sus huesos mostraban señales de ser bípeda, es decir, de mantenerse erguida y andar sobre dos extremidades, una de las características definitorias en el desarrollo de los seres humanos.

Lucy salió de África una única vez para pasar siete meses recorriendo buena parte de Estados Unidos, donde fue visitada por cientos de curiosos.

Actualmente, los restos de Lucy permanecen custodiados en una caja fuerte de máxima seguridad en el Museo Nacional de la capital de Etiopía de donde apenas sale para evitar su deterioro.


Las Más Vistas