Si bien la ciencia sugiere que los niños menores de dos años no deberían tener exposición a las pantallas, esta realidad ocurre. Pero, ¿esto impacta en el desarrollo?
Un nuevo estudio sobre el uso de pantallas en bebés latinoamericanos aporta evidencia importante acerca del impacto de la tecnología en el desarrollo infantil temprano.
Si bien la ciencia sugiere que los niños menores de dos años no deberían tener exposición a las pantallas, esta realidad ocurre. Pero, ¿esto impacta en el desarrollo?
“En este estudio participaron 19 países de Latinoamérica y 1.878 referentes familiares a los que se les hacían preguntas”, explicó Gabriela Etchebehere, investigadora y docente de la Universidad de la República.
A través de las respuestas, se pudo determinar tipos de pantallas y tiempo estimado de exposición, así como también los momentos en los que se dieron puntos claves en el desarrollo, como la adquisición del lenguaje o la motricidad.
“Del estudio surge que los niños están en exposición a las pantallas una hora y media en televisión y treinta minutos en el celular”, indicó Ester Angeriz, investigadora y docente de la Universidad de la República.
Pero ¿cuánto influye el contenido, el contexto y la forma en la que se interactúa con los niños? Bastante. El estudio confirmó que la televisión de fondo impacta de forma significativa en el desarrollo del lenguaje, pero esto se puede reducir con la mediación de adultos.
“El mejor estímulo para el desarrollo es siempre el vínculo con otro humano, y esto también lo muestra. En la medida que está la mediación del adulto, o le muestra y le dice, ya ese nivel de interacción implica que eso sea algo estimulante para su desarrollo y no algo que lo deje en el rol pasivo”, apuntó Angeriz.
“Si hay mediación en el uso de la pantalla, entonces puede haber una mayor densidad léxica, la diversidad de palabras que puede utilizar el niño, si hay un adulto ayudando a significar los estímulos”, agregó Etchebehere.
En lo que tiene que ver con nivel socioeducativo y económico, hay una leve tendencia a que, ante la falta de materiales didácticos como libros y juguetes, los niños de las familias con menos recursos a estar más expuestos a las pantallas.
