Paso a paso: el camino de los residuos reciclables en Montevideo

Según datos de la Intendencia de Montevideo, en 2020 se recuperó el 1% de los desechos del departamento, aunque se estima que el 30% tienen potencial para ser reutilizados.

¿Qué camino siguen y en qué se convierten los residuos reciclables que llevamos a los contenedores? Esa es la pregunta que hizo un televidente para la primera entrega del ciclo En Cuestión de Telemundo.

Para poner en contexto el tema, Telemundo entrevistó al director de limpieza de la Intendencia de Montevideo, Ignacio Lorenzo, quien informó que Montevideo tiene tres mecanismos de clasificación.

Desde 2017 en el Municipio B, al sur del Miguelete, hay dispuestos 550 contenedores naranjas para residuos secos. De estos contenedores se recupera el 50% de los residuos.

Luego hay 1.000 contenedores ubicados en diferentes puntos de la ciudad en la puerta de supermercados, de los cuales también se recupera esa cantidad.

Por otro lado, desde diciembre del año pasado, ante la emergencia de recolección de residuos, se repartieron bolsones que cualquier cooperativa de viviendas o edificios pueden pedir (para eso deben estar por encima de las 20 unidades habitacionales). De estos bolsones se recuperan entre el 95% y el 98% de los residuos. Hay cerca de 1.300 bolsones, pero la Intendencia espera llegar a 3.000 puntos a fin de año.

Según datos de la Intendencia de Montevideo, en 2020 se recuperó el 1% de los desechos del departamento, aunque se estima que el 30% tienen potencial para ser reutilizados. Esa recuperación tiene ventajas medioambientales, sociales y económicas. También ayudaría a descomprimir a la usina Felipe Cardoso, un sitio de disposición final de residuos, que cada día recibe 2.200 toneladas.

¿Cómo se puede clasificar?

La Intendencia tiene en su página web una guía de clasificación en el hogar. La clasificación más básica sugiere dos recipientes. Uno que incluya los residuos mezclados, sin revalorización para reciclarse, como el papel higiénico, los pañales, cerámicas, huesos, restos de comida, material de barrido, etc. En otro recipiente se recomienda tirar los residuos secos que pueden ser reciclados, como el papel, el cartón, los plásticos y tetrapack. Deben estar limpios, secos y lo más compactos posible.

Por otro lado, hay otros residuos que tienen potencial de reutilización, pero cuya clasificación no está resuelta en Montevideo. En esa categoría se encuentran los vidrios, los residuos electrónicos, los residuos de obra (que representan el 25% del peso que ingresa diariamente a Felipe Cardoso).

El viaje a las plantas en Montevideo

Todos los días cada montevideano genera entre medio kilo y un kilo ochocientos de residuos.

La mayoría de nosotros compra sin pensar en que a veces un envase de plástico, por ejemplo, puede durar unos pocos minutos en nuestras manos antes de tirarlo al tacho de los residuos. Pero lo cierto es que ese mismo envase quedará en la Tierra un promedio de entre 100 y 1.000 años antes de degradarse.

Pero la historia puede ser distinta cuando se decide reciclar o reutilizar. El primer paso, entonces, es decidir separar los residuos en casa. Luego, empieza el camino de la clasificación.

Cosme González es uno de los tantos clasificadores con motocarros de la Intendencia de Montevideo.

"Lo que nosotros hacemos es transportar los materiales que no son orgánicos, todo lo que es reciclable hacia las plantas. Intercambiamos los bolsones, vemos que estén en excelente estado", contó.

Cosme cuenta que levanta bolsones en varios barrios de la capital y que, por lo general, se respeta la consigna de la clasificación.

"La gente lo está haciendo bien y está colaborando bastante", dijo.

De esta forma, los residuos viajan hasta alguna de las cuatro plantas de clasificación en Montevideo. Una de ellas está ubicada en Burgues y Aparicio Saravia, en Casavalle. Allí trabajan 26 socios, recolectores que hace algunos años clasificaban con carros de caballos y hoy son trabajadores formales. Cuantos más residuos clasifiquen los montevideanos, mayor oportunidad tienen los cooperativistas de recuperar materiales y venderlos. Hoy a la planta llegan uno o dos camiones y hasta un máximo de 10 motocarros, aunque suele variar mucho.

Muchas veces el material que llega a la planta se descarta porque está contaminado o en malas condiciones.

Los fardos de plástico que se arman, que suelen pesar más o menos 40 kilos, se venden luego a diferentes empresas que los reutilizan en sus procesos industriales para fabricar nuevos plásticos o materiales que vuelven a entrar al mercado, a veces con la misma forma con la que salieron, como una botella. De esta forma cada día se revalorizan un poco más nuestros desechos.

 


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