Por qué las epidemias son otro riesgo del calentamiento climático

Un equipo de científicos empezó a investigar cómo podría impactar el calentamiento global con el surgimiento de nuevas epidemias.

En medio de la pandemia por el coronavirus, hay un sector de la ciencia que está estudiando el avance de otras enfermedades. Algunas de ellas se creían inexistentes en algunas partes del mundo, pero su aparición está vinculada con el avance del calentamiento global.

Para rastrear el origen de estas investigaciones hay que viajar a las tierras del hemisferio norte, en Rusia, Canadá y Alaska. Allí existen grandes formaciones de permafrost, una capa de subsuelo terrestre congelada hace millones de años. Ocupa entre el 20 y el 24% de la superficie de la Tierra, una cifra un poco menor que la ocupada por los desiertos.

Estos suelos son una bomba de tiempo climático: una parte "importante" podría descongelarse para 2100, liberando decenas o centenares de miles de millones de toneladas de gas de efecto invernadero.

Y no solo eso. En cuanto se descongela el suelo, el agua empieza a correr, arrastrando partículas, materias orgánicas o microorganismos que estuvieron aislados durante centenares o miles de años.

La ciencia ya demostró que algunos de estos microorganismos pueden revivir. Esto podría ser un problema ya que en estas regiones heladas, "los hombres de Neandertal, los mamuts o los rinocerontes lanudos tuvieron enfermedades, murieron y cayeron. Es posible que todos los virus que causaron sus problemas estén todavía en el suelo", advirtió un especialista.

El número de bacterias o virus aprisionados es incalculable. Pero lo que preocupa es saber si son peligrosos y sobre ese punto los científicos están divididos.

Algunos piensan que "probablemente fueron desactivados"; otros no están tan seguros.

Pero en cualquier caso, dichos patógenos necesitan un huésped para sobrevivir. Un encuentro que el cambio climático podría propiciar.

"Nuestro mayor enemigo es nuestra propia ignorancia porque la naturaleza está llena de microorganismos que pueden ser una verdadera caja de pandora", explicó una microbióloga de la Universidad de Umea, en Suecia.


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