¿Por qué las tortugas viven más de 100 años y cómo podemos aprender de ellas?: la ciencia desvela algunos de sus secretos

El ser humano está históricamente obsesionado con la idea de poder alargar la vida. Desde hace un tiempo la ciencia está observando el resto del mundo natural para poder obtener algunas pistas: en particular a algunos animales longevos como las tortugas.

Luego de años y años de investigaciones, los científicos finalmente descubrieron el secreto de la eterna juventud: ser una tortuga.

Dos estudios publicados en los últimos días en la revista Science revelaron escasa evidencia de envejecimiento entre ciertas especies de sangre fría, lo que desafía una teoría de la evolución según la cual la senescencia, o el deterioro físico gradual, es un destino ineludible para todos los seres vivos.

Para estos nuevos artículos, los científicos recopilaron datos de estudios de campo a largo plazo que comprenden 107 poblaciones de 77 especies, incluidas tortugas, anfibios, serpientes y cocodrilos.

Utilizaron una técnica llamada "marcar-recapturar", por la cual cierto número de individuos son primero capturados y etiquetados y luego los investigadores los siguen a lo largo de años para ver si los encuentran nuevamente, generando estimaciones de mortalidad basadas en probabilidades.

"Encontramos ejemplos de envejecimiento insignificante", explicó una de las biólogas al frente de la investigación. Aunque aclaró que el envejecimiento o la senescencia insignificantes no significa que sean animales inmortales. Significa que existe la posibilidad de morir, pero que esta no aumenta con la edad.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, que está interesado en aprender más sobre el envejecimiento en ectotermos, o especies de sangre fría, y aplicarlo a los humanos, que son de sangre caliente. "Si conseguimos entender qué permite que algunos animales envejezcan más lentamente, podemos comprender mejor el envejecimiento en los humanos, y podemos también definir estrategias de conservación para reptiles y anfibios, muchos de los cuales están amenazados o en peligro de extinción”, apuntó al portal científico Sinc uno de los investigadores involucrados.

Los ectotermos de sangre fría tienen metabolismos más bajos y envejecen más lentamente que los endotermos, que generan internamente su propio calor y presentan metabolismos más altos. Sin embargo, los autores de este nuevo estudio encontraron que el metabolismo no juega un papel tan central en el envejecimiento como pensaban antes.

El estudio también arrojó pistas para futuras investigaciones. Al observar directamente las temperaturas promedio de una especie, en lugar de la tasa metabólica, los científicos encontraron que los reptiles más cálidos envejecen más rápido, mientras que los anfibios, que son más fríos, envejecen más lento.

"Si algunas especies realmente escapan del envejecimiento y los estudios mecánicos pueden revelar cómo lo hacen, la salud humana y la longevidad podrían beneficiarse", escribieron los científicos en un comentario sobre estos estudios.

Notaron, sin embargo, que incluso si algunas especies no tienen una mortalidad creciente a lo largo de los años, sí exhiben enfermedades relacionadas con la edad.

Por poner un ejemplo, la tortuga Jonathan, el animal más longevo del planeta, ahora está ciega, perdió el sentido del olfato y debe ser alimentada manualmente. Esto demuestra que los estragos del tiempo llegarán para todos y que para vivir más años, primero hay que resolver cómo será la calidad de vida en ese tiempo ganado a un final inexorable para cualquier ser vivo: la muerte.


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