Las sustancias aprobadas fueron dos: el MDMA y la psilocibina.
“Un pequeño paso en la dirección correcta”, así catalogó el diario británico The Guardian a la aprobación del gobierno australiano para el uso de sustancias psicodélicas con usos medicinales.
Lo novedoso de esta medida es que no se trata de la aprobación para ensayos clínicos, algo que ya había ocurrido antes en otros países, sino para casos médicos en general.
Las sustancias aprobadas fueron dos: el MDMA y la psilocibina. A partir de julio los psiquiatras aprobados podrán recetar MDMA para tratar el trastorno de estrés postraumático, y la psilocibina para la depresión resistente a los tratamientos farmacológicos tradicionales, anunció la Administración de Productos Terapéuticos de Australia.
La medida convierte a Australia en el primer país del mundo en reconocer oficialmente los psicodélicos como medicamentos.
Desde el anuncio son varias las organizaciones y agrupaciones que se manifestaron al respecto. El Colegio de Psiquiatras de Australia y Nueva Zelanda, dijo que la decisión fue tomada “con cautela”, pero que “este es un pequeño paso en la dirección correcta” y lo que hace es permitir a los profesionales asociados “hacer las cosas de una manera segura para todos. Y, si es necesario, dar un paso atrás”.
La reglamentación impone algunas normas para los terapeutas que opten recetar estas medicinas. Por ejemplo, deberán obtener la aprobación de un comité de ética de investigación humana y la aprobación estatal. Luego deben seguir una serie de protocolos y por último el monitoreo permanente de los pacientes.
El objetivo de los especialistas australianos es profundizar en la evidencia sobre la efectividad de este tipo de tratamientos y dar garantías para aquellas personas que opten por recurrir a los psicodélicos para curarse en el marco de terapias diseñadas para este fin.
Las críticas llegaron de parte de aquellos investigadores que vienen estudiando, también en Australia, el potencial de los psicodélicos para tratar otros trastornos, como la ansiedad y las adicciones. Dicen que la normativa debería abrir el uso de estas sustancias para todos los pacientes y no únicamente para aquellos con trastorno de estrés postraumático y depresión.
No obstante, dicen que el futuro es auspicioso y que esto podría despertar el interés de otros profesionales médicos por indagar en los usos medicinales de estas sustancias.
