Qué fue de la capa de ozono, nuestra principal defensa contra los rayos ultravioletas

En Uruguay "si bien no se ha presentado el episodio 'agujero de ozono', la capa de ozono se ha reducido en porcentajes que representan un cierto grado de riesgo para nuestro salud", según indicó un relevamiento de 2019.

Para muchos de nosotros la primera aproximación a la conciencia ambiental vino de la mano de la capa de ozono, cuando en la década de 1980 la ciencia descubrió que nuestra principal protección contra los rayos ultravioletas tenía agujeros.

Entonces, en un esfuerzo coordinado a nivel internacional y sustentado con evidencia científica, se estableció el llamado Protocolo de Montreal en la década de 1990. Este protocolo estableció que había sustancias agotadoras de la capa de ozono y sentó las bases para su recuperación. En ese sentido fue que se empezó a controlar la comercialización y el uso de compuestos de halocarburos en la industria frigorífica, aires acondicionados y aerosoles. Gracias a las medidas adoptadas, la capa de ozono se está recuperando. La ONU cree que para 2060 el agujero en la Antártida va a desaparecer.

¿De qué hablamos cuando hablamos de capa de ozono? La capa de ozono comienza a nueve kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Está compuesta por un tipo específico de molécula de oxígeno que protege el planeta de los rayos ultravioletas emitidos por el Sol.

La historia de la capa de ozono, como muchas otras, tiene algunas fechas clave.

La primera: 1840. Ese año, un químico suizo descubrió, mediante la observación de descargas eléctricas, un nuevo gas al que llamó ozono -que significa “olor” en griego- por su intenso aroma.

La segunda: 1913. Entonces dos franceses descubrieron que el 90% del ozono de la atmósfera está en la estratosfera. Describen así “una banda relativamente delgada que protege a los seres vivos de la Tierra de los rayos solares ultravioletas”; la capa de ozono.

La tercera: 1964. La Nasa lanzó un programa -apodado Nimbus- para medir la concentración de ozono mediante satélites que habilitaron así una vigilancia constante.

La cuarta: 1974. Fue en este año cuando una publicación en la revista Nature alertó sobre “ciertos gases de amplio uso industrial llamados halocarburos que son liberados masivamente a la atmósfera y que podrían estar dañando gravemente la capa de ozono”.

En este punto de la historia, las fechas se precipitan. La comunidad científica debate y en 1989 se logra un consenso internacional único para intentar revertir el daño.

La premura para solucionar el problema fue clave. Sin ozono la vida en el planeta Tierra como la conocemos jamás hubiese sido posible. El ozono es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno. Es distinto al oxígeno que respiramos porque en vez de tener dos moléculas, tiene tres. Lejos de la superficie terrestre, el oxígeno recibe el potente impacto de la radiación ultravioleta del sol. Esa fuerza rompe las moléculas de dos átomos, pero ellas se vuelven a unir de a tres formando el ozono. En el proceso, toda esa energía del Sol y que podría ser mortal para cualquier forma de vida se queda por el camino.

En definitiva, sin la capa de ozono o con una capa de ozono débil aumenta el riesgo de contraer cánceres de piel, cataratas, y sufrir daños en el sistema inmunológico. También daña plantas, organismos unicelulares y a todo el ecosistema acuático.

Pero lo que podría haber sido una tragedia, lentamente se está recuperando.

“Como consecuencia a estas acciones, detalla un informe de OpenMind, la capa de ozono ha ido mostrando señales de recuperación, aunque los compuestos que la dañaron tardarán años en desaparecer por completo”.

¿Cuál es la situación en Uruguay?

Un relevamiento del Ministerio de Vivienda del 2019 -que en ese entonces también incluía Medio Ambiente- afirma que “si bien los valores de ozono total de nuestro país indica que no se ha presentado el episodio “agujero de ozono”, en latitudes medias que incluyen al Uruguay, la capa de ozono se ha reducido en porcentajes, que, aunque leves, representan un cierto grado de riesgo para nuestra salud”. Por lo que cuidarse del sol sigue siendo determinante.

Por su parte, un informe publicado en la revista Nature hace pocos días aseguró que la protección de la capa de ozono ya evitó un mayor calentamiento del planeta. El tema todavía no está zanjado, pero hay muchos expertos que consideran que estamos dando varios pasos hacia adelante.