Sexting bajo la lupa: ¿es un riesgo para los adolescentes?

Es una práctica que nació con las redes sociales. Primero fue con el mensaje de texto, después surgieron varias aplicaciones pensadas para ese uso como Snapchat y ahora con Whatsapp y Telegram está completamente extendida.

Consiste en enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual personal a través del celular, u otro tipo de herramienta de comunicación de manera voluntaria.

Es inofensiva y se suele realizar de manera íntima aunque pueda llegar a manos de muchos otros usuarios si no se respeta esa intimidad. Por eso se recomienda tomar precauciones, que no se vean rostros si se mandan imágenes o que no aparezcan ambientes fácilmente identificables. Fallos técnicos, hackers, descuidos, extorsiones, y chantaje son solo algunos de los motivos por los que el contenido privado podría filtrarse.

La última noticia sobre este tema lo tuvo la Universidad de Calgary en Canadá porque analizó los resultados de 23 estudios con la participación de 42 mil menores de 18 años para intentar identificar una relación entre el sexting y la salud mental.

Fotos, videos y mensajes de texto. El sexting tiene múltiples formatos, pero lo que no nadie discute es que es una práctica bastante y común y que está instalada entre los jóvenes y adolescentes del mundo entero.

Se estima que uno de cada siete menores de 18 años enviaron algún mensaje de este tipo y uno de cada cuatro lo recibió.

Hasta ahora era una práctica que, si se lleva adelante con precaución, era completamente inofensiva. Sin embargo esa idea podría cambiar.

Un estudio de la Universidad de Calgary en Canadá demostró que existe un vínculo entre el sexting y trastornos como la ansiedad y la depresión, publicó El País de Madrid. Además de estar asociado a hábitos sexuales específicos.

Los adolescentes que "sextean" tiene 2.16 más posibilidades que el resto de no usar ningún método anticonceptivo.

 

En la investigación se ponen en juego las intenciones de los jóvenes y explica que, si se hace con un fin malicioso, puede producir conflictos emocionales.

 

Por lo tanto, los jóvenes expuestos a esta práctica también tienen 1.79 más probabilidades de padecer patologías como ansiedad y depresión.

 

El estudio insiste en que quien practica el sexting no necesariamente está en riesgo.

 

Los expertos recomiendan mantener un diálogo abierto con los más jóvenes.  Ricardo Fardiño, psicólogo clínico, dijo al diario español que dice que hay que aplicar la teoría de los 10. “Antes de publicar una foto, pensar qué se sentiría al ver esa foto a las 10 horas de verla publicada, luego, a los 10 días, después, a los 10 meses y, finalmente, a los 10 años. Si no te avergonzás de eso, no habría problema en mandarla”.

 


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