Tiburones en aguas uruguayas, una presencia muy común pero que pasa desapercibida

Este viernes se viralizó la pesca de un tiburón de más de 180 kg. Si bien la noticia llamó la atención, lo cierto es que hay tiburones en aguas uruguayas todo el tiempo.

Punta del Diablo, Cabo Polonio, la Coronilla y otras tantas localidades de Rocha. Puede parecer poco probable, pero lo cierto es que en esas aguas se han visto y capturado, en más de una oportunidad, tiburones sarda.

Esta especie, que se volvió viral en las últimas horas, es bastante común en aguas saladas uruguayas y su presencia, advierten los biólogos marinos, no debería llamarnos tanto la atención.

El tiburón sarda, o Carcharias taurs, es una de las más de 46 especies de tiburones que suelen nadar en aguas locales. Sin embargo, es probablemente la más grande pudiendo alcanzar hasta tres metros de largo. Su apariencia es bastante atemorizante, pero lo cierto es que no suelen atacar humanos. De hecho, según recoge Montevideo Portal, existe un único y muy dudoso registro de un ataque de tiburón a una persona en Uruguay, aunque hay científicos que descreen que esto efectivamente haya sucedido.

"Las sardas existen desde antes que exista el Uruguay. Si realmente fueran peligrosas estaríamos llenos de casos de mordeduras. No es para preocuparse”, explicó el biólogo Federico Mas al portal. Y agregó a Telemundo que no existe en Uruguay presencia de ninguna de las tres especies de tiburones más vinculadas a los ataques a personas.

En Punta del Diablo, por ejemplo, la pesca artesanal del tiburón sarda es una tradición en esta época del año, donde los pescadores dicen ser cuidadosos de no exterminar la especie.

Mas, contó que los sarda demoran una década en alcanzar la madurez reproductiva y suelen tener dos crías cada dos años.

La pesca deportiva de la especie no está prohibida en Uruguay, aunque esto implica riesgos por el subregistro de capturas que pueden darse en nuestro país.

Diversas ONG se pronunciaron en redes sociales para denunciar que “la población de la especie se redujo 90% en las últimas cuatro décadas en el Atlántico sudoccidental y se encuentra críticamente amenazada en la región como consecuencia de la presión pesquera comercial -industrial y artesanal- y recreativa”.

 


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