"Tic azul": un fin de semana de caos e impostores en Twitter obliga a Musk a dar marcha atrás

El empresario se apresuró a lanzar una versión paga de la red social en la que cualquiera que tuviera US$ 8 podía comprar un factor de verificación que, teóricamente, fue diseñado para evitar noticias falsas en internet.

Son tiempos convulsos para el mundo empresarial de las redes sociales. En los últimos días proliferaron las noticias de despidos masivos de personal por parte de gigantes tecnológicos como Meta, Amazon y Twitter.

Pero si hacemos foco en la red social del pájaro azul, el caos parece omnipresente. Es que Elon Musk, el flamante dueño de Twitter, aseguró que esta nueva etapa en la vida de la plataforma estará signada por el ensayo y el error de nuevas políticas. Y eso, claramente, tiene un costo que hay que estar dispuesto a pagar.

“Tengan en cuenta que Twitter hará un montón de cosas tontas en los próximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”, sentenció Musk luego de un fin de semana caótico.

¿Qué fue lo que desató el caos? La ansiedad de Musk por convertir Twitter en una plataforma redituable. El empresario se apresuró a lanzar una versión paga de la red social en la que cualquiera que tuviera US$ 8 podía comprar un factor de verificación que, teóricamente, fue diseñado para evitar noticias falsas en internet.

En cuestión de pocas horas, Twitter estaba lleno de celebridades y empresas que en realidad eran impostores. Así fue que apareció un falso LeBron James que pedía irse de Los Angeles Lakers; un supuesto George W. Bush que declaró que “extraña matar iraquíes”; y hasta un Jesús “verificado” tuiteando mensajes ofensivos.

El nivel de confusión fue tal, que Musk tuvo que anunciar una marcha atrás y asegurar que va a revisar mejor los cambios de los últimos días y que provocaron una oleada de cuentas falsas verificadas. Aunque todavía no precisó cómo se van a implementar los cambios ni cuándo.

Según consigna una nota publicada en El País de España, en medio de toda esta incertidumbre Musk advirtió a sus empleados que no se descarta la quiebra de la compañía por lo ajustados que están sus números.

Esto se debe, en parte, a dos razones. La primera es que los anunciantes dentro de la red están dando de baja sus contratos a raíz del aumento considerable de mensajes racistas, sexistas y homofóbicos que aparecieron en Twitter desde que Musk lleva las riendas.

Y la segunda es que para concretar la compra y no tener que poner tanto de su dinero propio, Musk cargó a Twitter con una deuda de US$ 13.000.000. Al cierre de este informe, los ingresos de Twitter no alcanzaban ni para pagar los intereses de la deuda.

El futuro de Twitter es una incógnita.


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