Una vida en el espacio: los 20 años de la Estación Espacial Internacional

La investigación espacial siempre se trató de colaboración internacional porque es más lento y complicado lograrlo solos. Es por eso que en el 2000, hace 20 años, las potencias espaciales se unieron para concretar el proyecto de una Estación Espacial Internacional.

A 400 kilómetros de la superficie de la Tierra, orbita el mayor lugar habitado que conocemos fuera de nuestro planeta.

Allí, encapsulados en una atmósfera artificial muy particular, viven los únicos extraterrestres transitorios que llegamos a conocer. Estamos hablando de la Estación Espacial Internacional, el mayor satélite construido y el laboratorio a más altura que tiene el hombre.

“Por dos décadas, fue un centro de investigaciones y observación en que científicos de 18 naciones realizaron experimentos y ensayos de biología animal, vegetal y humana; en física, astronomía o meteorología”, detalla la BBC.

Pero para entender el origen de la Estación, hay que remontarse al famoso alunizaje de 1969. Luego de este hito espacial, la ciencia se concentró en seguir avanzando en su conquista planetaria. Es por eso que en 1984 la Nasa anunció que estaba trabajando en el desarrollo de una estación orbital permanente.

Enseguida despertó la colaboración internacional y agencias de Canadá, Europa, Japón, Rusia y otros 15 países se sumaron al proyecto. El prototipo inicial cambió en varias oportunidades por temas de presupuesto y consenso diplomático, pero finalmente en 1998 se empezó a mandar por partes al espacio con un valor de 93 mil millones de dólares y un peso de 453 toneladas. En noviembre del 2000 desembarcó en ella la primera tripulación.

Desde entonces son varios los hitos que se les pueden cargar a la Estación y algunos poco tienen que ver con la vida espacial. Uno de los más importantes es el estudio del cuerpo humano en microgravedad. A bordo de la Estación se estudiaron enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson en células cultivadas, que crecen mejor que en la Tierra, por lo que colabora con la investigación de nuevos tratamientos. También se cultivaron alimentos, se monitorea la Tierra, se recolectan partículas cósmicas para saber de qué está hecho el Universo, se identificaron microbios y se exploró la impresión 3D con materiales reciclados, según consignan varios medios internacionales.

La vida útil de la Estación Espacial está calculada hasta el 2024. Entonces es probable que inversores privados pasen a sostenerla por el enorme costo que representa para los gobiernos. Aun así, el futuro de esta rareza científica es incierto.


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