Comenzaron las juras de las diferentes razas ovinas en la Expo Prado

Dadas las condiciones del tiempo, las calificaciones se trasladaron del ruedo central hacia los galpones y la manguera, donde cabañeros y productores mostraron la genética de sus ejemplares.

La preparación de los animales para participar en la muestra ganadera es un trabajo que realizan las cabañas durante años, desarrollando mejoras genéticas y seleccionando minuciosamente los ejemplares desde el nacimiento.

No obstante, los últimos días y, especialmente las últimas horas antes de la presentación en pista, se realizan retoques estéticos para que cada ejemplar luzca su mejor versión.

En el caso de la raza Texel, se esquila con muy poca lana para mostrar su morfología.

“Primero se maquilla bien, se baña y se le va dando conformación, resaltándole las líneas mejores que ellos tienen, que son las carniceras, cuartos, que sean finos. Capaz que si fuera todo natural sería mejor porque aquí a veces algún buen artesano lleva su premio también, pero son las reglas del juego”, señaló Freddy Marchetti, de la cabaña El Porfiado.

En los ovinos raza Corridale, el apronte pasa por realzar la calidad de su lana.

“Todo el vellón se abre, se acondiciona, después se acomoda la parte de garreo y la parte de cabeza”, contó Manuel Fernández, de la cabaña Doña Adela.

Lo mismo sucede con razas como el Merino Australiano.

“Por primera vez, cuando desenredamos de siete a ocho horas, queda sólo repasar, que en seis horas queda pronto”, detalló Marcos Pinto, de la cabaña El Totoral.


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