Es un lugar testimonio fundamental de nuestra historia productiva, por la actividad frigorífica, y mundial por lo importante que fue la producción uruguaya para alimentar a los soldados que participaron en las dos guerras mundiales.
La sala de máquinas del antiguo frigorífico Anglo se convirtió en un museo que muestra a los visitantes parte de lo que era "la cocina del mundo".
Quienes se acercan a un antiguo motor diesel que encendía el compresor pueden escuchar el arranque de la máquina al tiempo que las luces que se encienden para invitar a un viaje al pasado del frigorífico Anglo.
La Intendencia de Río Negro considera estas obras "el inicio de una etapa".
Como parte de esto, el proyecto acaba ganar un concurso en la Unesco que permitirá sonorizar otra parte del Anglo: la administración y la sala de faena.
El Ministerio de Turismo aportó 120 mil dólares.
El extracto de carne y el "corned beef" se convirtieron en productos estrella del Frigorífico. La fórmula matemática era de 4 kilos de extracto de carne para alimentar a 140 soldados.
Modelo de la revolución industrial, el frigorífico consiguió, mediante el uso de amoníaco, que gigantes cámaras con una capacidad total de 10.000 toneladas de carne llegaran a alcanzar temperaturas de hasta -20 grados.
