El incierto futuro de las consolas de videojuegos

Proyecciones estiman que para fin de año los videojuegos van a haber generado 160 mil millones de dólares.

La novena generación de consolas de videojuegos está a punto de llegar. Y todo parece indicar que aterrizará alentada por el impulso que le dio el confinamiento a la industria de los videojuegos. Pero lo cierto es que el futuro del sector es incierto.

Las dos versiones de la PlayStation 5 de Sony y de la nueva Xbox Series X y S de Microsoft saldrán a la venta entre el 10 y el 19 de noviembre.

Las consolas del 2020 tendrán imágenes 4K de ultra alta definición y reflejos de luz para iluminar escenas en la sombra, así como una potencia de cálculo mejorada.

"Cuando se observan las características técnicas de las máquinas, estamos en niveles diez veces superiores a la generación anterior. Vamos a tener juegos más bonitos, más reales, más inmersivos. Nos van a dar una bofetada en la cara", explicó un analista especializado en videojuegos.

Sin embargo, ambas consolas llegan en un momento en que los videojuegos están empezando a dejar atrás las máquinas caras y engorrosas y optan por sistemas de suscripción o a la carta.

"Esta generación de consolas podría ser la última física. dijo la cofundadora del estudio The Game Bakers.

Según ella, las innovaciones en términos de interfaz son "más bien anecdóticas", y el desarrollo de juegos no evolucionó mucho.

Al contrario, "la clave del éxito de esta generación será el cambio al sistema de suscripción" que tiende hacia una especie de "Netflix de los videojuegos", explicó.

Las ofertas de suscripción de Microsoft y de Sony "revolucionarán completamente la industria, al igual que lo hicieron con las películas y la música".

"Estamos en una fase de transición en la que cohabitarán los medios ópticos y los juegos en la nube”, detalló otro analista especializado que no cree que estemos viviendo el final de las consolas. Por el contrario, habrá próximos lanzamientos en los que la resolución de la imagen está programada para aumentar de 4K a 8K y las redes, incluso dentro de varios años, no serán lo suficientemente rápidas para transportar estas imágenes.


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