El fotógrafo Leo Barizzoni expone este trabajo sobre el detrás de escena de la compañía de ballet. Barizzoni viene fotografiando la compañía desde el año 2010.
La exposición estará hasta diciembre ya que el 17 de diciembre “Detrás del telón” se inaugura en Buenos Aires en el Centro Cultural Borges.
Carta de Leo Barizzoni:
Prácticamente desde que Julio Bocca puso sus pies en Montevideo en 2010 para hacerse cargo de la dirección del Ballet del Sodre, Mónica Bottero, la directora de la revista Galería, (donde trabajo desde el año 2000) decidió contar esos primeros pasos en una nota periodística. Lo bueno de estas notas en la revista es que te permiten desarrollar la temática con n poco más de profundidad, podés concurrir más de una vez al lugar y adentrarte más en el tema. Ese fue el comienzo de esta historia, en esas primeras tomas de 2010 para Galería, con un edificio aún en construcción y con salas que mes a mes y año a año se fueron transformando en lo que son hoy, excelentes espacios donde los bailarines ensayan, entrenan diariamente y en las mejores condiciones.
La revista nunca abandonó el curso ascendente que tuvo el cuerpo de baile del ballet, sus progresos y sus diferentes etapas. Mientras tanto, y paralelamente, yo había descubierto una historia que contar y decidí continuar, más allá de las veces que lo hice para Galería, fotografiando todo lo que no se ve, todo lo que ocurre detrás de escena. Esta exposición intenta contar la vida diaria de este cuerpo de baile tan exitoso. El lado más humano de sus integrantes. No hay prácticamente fotos de escenario, eso es lo que todo el mundo ve, lo que cualquier persona aprecia al sentarse en una butaca del Sodre o de cualquier teatro del mundo.
Pero hay muchas cosas que suceden para que ese espectáculo sea apreciado y sea digno, miles de cosas que ocurrieron diariamente, hora a hora, semana tras semanas en estos cinco años. Hay ensayos y hay giras, hay bromas y hay estudio, hay esfuerzo diario y también el momento para la recreación, hay gente que diseña el vestuario, que pinta los fondos y arma la escenografía, hay pruebas de vestuario y de sonido, hay nervios previo a salir a escena, hay cábalas, hay tensión y hay felicidad. Ocurren muchas cosas previo al comienzo de la función, ha habido mucho esfuerzo durante todos estos años de toda la gente vinculada al ballet. De eso trata esta muestra, esa es la parte que pretende mostrar. Bienvenidos al detrás del escenario, los invito a atisbar detrás del telón.
Texto de Julio Bocca:
Cuando se levanta el telón la gente
no sabe todo lo que pasó detrás
En estos cinco años pasaron muchas cosas, por suerte muy lindas. Pero los comienzos fueron bastante difíciles, sobre todo para que la gente se acostumbrara a otra forma de trabajo, al cambio de trabajar más horas, al formato de programar a largo plazo, pero también a tener un edificio maravilloso pero que no estaba terminado.
Se dio un conjunto de cosas lindas de aprendizaje y al mismo tiempo de dificultades. Pero el resultado por suerte fue muy positivo y Leo estuvo casi desde el comienzo registrando ese trabajo que venimos haciendo, lo que ocurre detrás del escenario. Cuando uno levanta el telón la gente no sabe todo lo que uno pasó, de trabajar dos pisos bajo tierra, que aunque en la sala había calefacción en el edificio era un frío mortal, que en la oficina no había nada... A los camarines les faltaban detalles y le dije a los chicos que los ocuparan, como forma de acelerar el proceso, pero también para conocerlos y adueñarnos del lugar. Así empezamos.
A cinco años de eso, hoy se hacen muchísimas producciones, se recuperaron los talleres, cambiaron un montón de cosas que facilitan mucho el trabajo. No solo el edificio cambió, la compañía también evolucionó. Antes se hacían audiciones cada 10 años, todos los bailarines estaban presupuestados y ahora la mayoría son contratados anualmente. Evolucionó no solo artísticamente sino que también técnicamente el nivel de las producciones fue creciendo en calidad. A las audiciones llegan bailarines no solo de Latinoamérica sino también de China, Rusia, Estados Unidos y Europa. Se armó un muy lindo grupo y siempre trato de que vaya creciendo el nivel.
La dirección de la escuela también cambió y eso es muy bueno, porque la idea es que la escuela alimente la compañía, que como ballet nacional tiene que tener una mayoría de uruguayos.
Costó que el público volviera al ballet, que confiara de nuevo en las cosas que hacía el Sodre. Pero ha habido una respuesta muy linda de la gente y ahora siento que el ballet es parte de la sociedad, que la gente también está orgullosa de su compañía, de su teatro y de su auditorio. Viene mucha más gente joven, se perdió ese pensamiento de que para venir al ballet hay que vestirse bien o saber mucho. Y eso está bueno porque la idea es llegar a todos y que todos puedan disfrutar de un espectáculo de calidad. Creo que a la sociedad también le gustó que se la esté respetando como público.
Poco a poco la compañía también creció hacia afuera, salimos de Montevideo. Hemos ido a todos los departamentos del interior del país, pero también empezamos a hacer giras internacionales.
El trabajo de Leo es maravilloso. Veo en las imágenes una historia de lo que está pasando acá adentro. Quizás después de tantos años siguiendo el proceso leyó lo que estábamos haciendo y lo pudo plasmar en sus fotos.
Creo que encontró el espíritu de lo que fue y de lo que estamos haciendo acá atrás, el espíritu de trabajo constante, de búsqueda, de tratar de inculcar en la juventud los valores de disciplina, de responsabilidad, un montón de cosas que lamentablemente se están perdiendo y que tienen que ver mucho con el ballet: la disciplina constante, el trabajo cotidiano, el estar cansado y tener que ponerte el tutú y salir.
