Llega el esperado estreno de la película uruguaya "Los Tiburones"

La película narra los días de Rosina, la adolescente de 14 años que compone con sobrada solvencia Romina Bentancur. La crítica de Carlos Dopico.

A cuatro meses de haberse consagrado con uno de los premios más importantes de la cinematografía local, Mejor directora en Sundance, el prestigioso festival de cine independiente, y luego haber cosechado otros grandes reconocimientos en San Sebastián, Tolouse, Guadalajara y el Bafici, la uruguaya de 32 años Lucía Garibaldi estrena esta semana su aplaudido largometraje debut: Los Tiburones.

Su logro, no sólo es un enorme destaque nacional sino que significa todo un posicionamiento femenino en una carrera artística en la que como en otras predominan los hombres.

La película narra los días de Rosina, la adolescente de 14 años que compone con sobrada solvencia Romina Bentancur.

Rosina vive con sus padres y su hermana en un balneario de la costa uruguaya en una humilde casa en la que no hay lujo alguno y donde siempre escasea el agua.

Con planos cerrados, una continua búsqueda de profundidad de campo y algunas tomas generales para dar cuenta de la espacialidad Garibaldi consigue narrar en escenarios de Piriápolis y playas aledañas el tedio adolescente, y el despertar sexual de una joven en un ambiente pueblerino.

El nombre del largometraje, tiene su justificación tras el avistamiento de Romina de un tiburón, un habitante poco frecuente en la costa nacional que genera un poco de revuelo en la localidad.

Cuando su padre la lleva a trabajar en el mantenimiento de piscinas y jardines conoce a Joselo, al que interpreta Federico Morosini un changador que heredó un bote de pesca, algo mayor que ella y al que le planta el acecho.

La película comenzó a producirse 2016 sin una trama concreta pero con la convicción de abordar los confusos inicios de la adolescencia. El rodaje se precipitó poco después, cuando Garibaldi se convenció que Bentancour debía ser la protagonista. Una joven sin experiencia ante cámaras, al igual que Morosini, que ya rondaba los 17 y que tenía que dar un personaje en plena adolescencia.

Ingenua, perversa, absurda, simpática y por momentos hasta hiperrealista son los distintos ingredientes de esta tragicomedia del proceso de desarrollo femenino. Garibaldi ya tiene varios proyectos en curso: Mirame, Roberto, mirame y La última reina, largometraje que participó en el Curso de Desarrollo de Proyectos Iberoamericanos de Ibermedia en 2018.

La cinta dura 80 minutos.


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