La atleta uruguaya tuvo palabras mayores para los remeros Felipe Kluver y Bruno Cetraro: "Me inspiraron a tener este resultado por los huevos que pusieron cuando fueron a remar".
La atleta uruguaya Déborah Rodríguez compitió en la noche de este jueves en la prueba de 800 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio y finalizó segunda en su serie, lo que le dio la posibilidad de clasificar directamente a la semifinal de la disciplina.
Tras la gran carrera que corrió, el periodista Fabián Laureiro grabó una nota en la zona de prensa con la atleta. Déborah, que apenas podía hablar embargada por la emoción y las lágrimas de alegría, dijo: "Estoy muy feliz, desee esto. En los Juegos Olímpicos pasados no lo pude lograr y esperé cinco años para estar acá".
La deportista uruguaya agradeció a su familia e hizo una mención especial para sus sobrinos. "Son mi luz", afirmó. Y dedicó palabras a Martín Mañana, su entrenador. "Me ha visto pasar de verdad momentos muy difíciles, y nunca me soltó la mano. Eso es lo mas importante, porque uno además ser atleta es un ser humano y tiene millones de situaciones buenas y malas también y él supo estar conmigo a todo momento", expresó.
Déborah contó qué fue lo que pensó cuando estaba por comenzar la competición: "Dije, 'voy a dejar la vida si es necesario en esta carrera', y fue lo que hice".
Pero la atleta uruguaya tuvo palabras mayores para los remeros Felipe Kluver y Bruno Cetraro, que terminaron sextos en su categoría y obtuvieron un diploma olímpico, a quienes les atribuyó mérito en su propio logro: "Ellos me inspiraron a mí a tener este resultado por los huevos que pusieron cuando fueron a remar, las ganas que pusieron con un montón de dificultades". Agregó: "Lo lograron, lo lograron. Más allá de los resultados, los huevos y la valentía que tuvieron a la hora de remar es admirable. Hoy estoy acá y tuve ese resultado por ellos".
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