Uruguay no está logrando escapar de la mala racha regional, si bien a diferencia de Argentina y Brasil no hubo caída.
El Banco Central dio a conocer las cifras de PBI del primer trimestre: la actividad cayó 0.5% respecto al mismo período de 2015 y avanzó solo 0.1% respecto al trimestre anterior. Esto implica un estancamiento de la actividad económica. ¿Qué cabe esperar para lo que resta del año y en 2017?
El dato del PBI del primer trimestre no hace más que confirmar que la economía uruguaya entró en un proceso de estancamiento.
Esto se debe a varios factores. Por una parte, nuestro sector externo enfrenta desde hace meses caídas de los precios de exportación (que comenzaron una recuperación muy leve), menor demanda de China y recesión en los países vecinos.
Por otra parte, el consumo interno, que también había sido un fuerte motor del crecimiento económico, se está viendo resentido por el aumento del desempleo y los menores ajustes salariales.
En este panorama, estas son las proyecciones para cierre de año. Luego de haber crecido a tasas muy fuertes en 2009 y 2010 y entre 3,5 y 5% hasta 2014, ya el año pasado se produjo un frenazo y avanzamos solo 1%. El gobierno estima que este año se crecerá solo 0.5%, pero hay consultoras privadas que aseguran que ni siquiera llegará a eso. Para 2017 el gobierno espera que se crezca 1%.
¿Cómo nos deja esto en el contexto regional? En los últimos años se hablaba de que Uruguay era una isla que lograba crecer en esta pese a la caída de los demás. Este estancamiento económico que inició Uruguay muestra que es sumamente difícil escapar del contexto mundial y regional. Es que América Latina se va a contraer un 0,5% en 2016, lo cual supone dos años consecutivos de crecimiento negativo, por primera vez desde la crisis de la deuda de 1982–83.
Mirémoslo por país. Los países que dependen menos de China, con más lazos con EE.UU., y donde la inversión privada ha crecido, logran mantener un crecimiento de moderado a fuerte: Bolivia, Perú, Paraguay, Colombia y Chile. Los vecinos de Uruguay están en fuerte crisis económica y política, que nos han arrastrado por los lazos comerciales de bienes y servicios así como cambiarios.
No estamos logrando zafar de la mala racha económica de la región y nos espera un año y medio de estancamiento, con inflación encima de 10% y cuentas fiscales que deberán cuidarse al detalle.
