El 2018 fue un año muy movido para los inversores, con algunos momentos de euforia y ganancia y momentos de muchas pérdidas también.
Recordemos que veníamos de un 2017 excepcional, con grandes ganancias. De hecho desde que ganó Trump las elecciones había una fuerte euforia. Pero ya en febrero hubo una corrección fuerte por temor a un recalentamiento de la economía. Y a partir de allí la volatilidad estuvo a la orden del día.
Miremos el índice Dow Jones que muestra como se comportó la Bolsa en USA: empezó el año en 24.800 puntos, subió a casi 27.000, cayó a 23.500 y así siguió mes tras mes. Al día de hoy lleva ganado solo 0,21%. En 2017 habia crecido 27% y en 2016 14%.
Los primeros tropezones que tuvieron los mercados a principios de año fueron por los temores de que la economía estadounidense se recalentara y que las tasas de interés subieran rápidamente.
Cuando suben las tasas mejoran los rendimientos de los títulos de renta fija y en general las acciones se perjudican. De hecho se concretó que EEUU tuvo un crecimiento muy fuerte, el desempleo está en mínimos históricos y la Reserva Federal ya subió las tasas de interés 3 veces en el año. Queda una cuarta reunión en diciembre en la que se estima una cuarta suba de tasas.
Pero también sacudieron al mercado este año varios problemas que enfrentaron gigantes tecnológicos como Facebook y Amazon. Los distintos empujes que tuvo la guerra comercial USA-EEUU. Todo agregó volatilidad e incertidumbre.
Después de este año terrible los pronósticos son de mejora en los mercados. En primer lugar la suba de las tasas de interés parece que se va a moderar. Donald Trump ha cuestionado en varias oportunidades las subas dispuestas por la FED al considerarlas innecesarias dado el bajo nivel de la inflación. A tal punto ha criticado al presidente de la FED que éste salió a aclarar que la suba será más gradual a partir de ahora.
Por otra parte, luego del gran crecimiento de EEUU este año, se estima que el año que viene la economía se enlentece. También se proyecta que habrá un lento crecimiento global, con los conflictos comerciales como un obstáculo adicional.
