Laura Raffo analiza y desglosa el más reciente resultado del índice de confianza del consumidor en Uruguay.
Se publicó el nuevo índice de confianza del consumidor y luego de un mes de entrar en zona de optimismo volvió a caer en pesimismo. ¿Cómo están viendo la economía las familias uruguayas?
La confianza del consumidor es algo que se mide en todos los países y que resume básicamente tres cosas: cómo ven las personas a la economía del país, cómo ven su propia situación económica y cuán dispuestas están a consumir, es decir a hacer compras. Con todo esto se construye un índice. Y este índice es el que vino deteriorándose desde 2014 para comenzar a mejorar después de la mitad del año pasado.
Seguimos en área de pesimismo pero notoriamente mejor que un año atrás.
Dentro de esta valoración que hace el consumidor uruguayo, ¿cuáles son los aspectos que más le preocupan y en cuáles es más optimista?
¿Este índice se puede subdividir?
Este índice se puede separar en tres. Las personas encuestadas contestan cómo ven la economía del país de aquí aun año (mejor, igual o peor) y también a tres años.
Con esto se construye el índice de situación económica del país.
Está en 55 puntos, hace un año estaba en 53.
Situación personal
Cómo es su situación económica personal respecto a un año atrás: mejoró, empeoró o está igual y también se le pregunta como estará en un año.
54 y en 2016 era 51.
Predisposición a comprar:
Cree que es un buen momento para realizar compras como, por ejemplo, de electrodomésticos. En cuanto a compras importantes como autos o cambiar de casa, hace un año atrás era 19 y ahora 32. El repunte fue por la caída del dólar.
Si comparamos con la situación de hace un año, hoy tenemos un dólar más barato, la inflación más baja. ¿Por qué no termina de mejorar esta predisposición a comprar, qué es lo que le preocupa a la gente?
Lo que más preocupa es la situación del empleo.
En esto hay importante pesimismo. El uruguayo está informado. El desempleo llego a 9 % en la última medición. Y llego a este nivel porque más personas se volcaron al mercado laboral a buscar trabajo. Estas personas se encontraron con que no hay creación de empleo.
Lo cierto es que, luego de haberse perdido puestos laborales en los últimos años, las empresas están reticentes a contratar nuevos empleados. Esto fue notorio en la encuesta de expectativas empresariales de Deloitte donde menos de la cuarta parte de las empresas dijeron que podrían contra nuevo personal.
Por lo tanto, por más que el dólar esté bajo o la inflación haya caído, hasta que las familias no sientan que su situación de empleo es segura, no van a volcarse a comprar de manera masiva.
