Laura Raffo repasa en su columna económica el desempeño económico del Uruguay en 2017 y las expectativas para el 2018.
El 2017 trajo resultados por encima de los esperados. Se preveía un estancamiento en la economía uruguaya, pero el PBI mostró una suba a lo largo del año.
Entre los factores que influyeron estuvo la reaceleración del crecimiento mundial, las mejoras en los precios de los commodities, las buenas cosechas y faenas para exportar. Además hubo una buena temporada turística que se sumó a una rebaja de la inflación, lo que significó una suba del salario real.
En enero de 2017, los analistas preveían una expansión del 1,1 % en la encuesta del Banco Central del Uruguay. Para abril los pronósticos ascendieron a 2,4 % y, sobre la mitad y el fin de año, los pronósticos rondaron el 3,4 %.
El crecimiento de precios de las materias primas acompasó la meta del Gobierno, lo que fue una de las sorpresas de este 2017.
La inflación, por su parte, se mantenía por fuera del rango meta establecido por el Gobierno, pero en 2017 tuvo una rebaja que la ubicó por debajo del 7 %, ingresando así en el rango meta. Esto se vio impulsado gracias a una baja del dólar.
Pese a la expansión de la economía, no se la ha visto acompañando el mercado laboral. Empresarios se quejan de la baja rentabilidad y de que no se están creando nuevos puestos de trabajo.
Perspectivas para 2018
Respecto a 2018, la encuesta de expectativas del Banco Central indica que se espera un crecimiento de 3,2 % del PBI, la inflación se prevé que acelere a un 7 %, estiman que el dólar llegue a un máximo de $32 para fin del año que viene y no se espera una mejora en el déficit fiscal, es decir, que se mantenga en un 3,3 % del PBI.
