Índice de confianza del consumidor: los uruguayos tienen un pesimismo moderado

La confianza del consumidor uruguayo está en un terreno de pesimismo moderado ya desde el año 2015.

La confianza del consumidor uruguayo está en un terreno de pesimismo moderado ya desde el año 2015. Hubo momentos en que casi volvió al optimismo y otros en los cayó en pesimismo notorio. Este indicador es muy importante porque el estado de ánimo de los consumidores. Cuán predispuestos están a hacer compras, a gastar, cómo ven la economía y cómo se preparan para el futuro.

Repasemos las cifras de los últimos meses:

En 2017 el pesimismo moderado. En 2018 hubo un gran deterioro de la confianza, es la peor medición en once años. Desde setiembre hubo una recuperación que mejora por expectativas frente al año electoral. Ahora se da una nueva baja.

En el Índice de confianza juegan tres factores: la situación económica personal, la situación del país y la predisposición a comprar bienes durables.

En los tres hubo retrocesos aunque lo que más preocupa es como bajó la predisposición a comprar bienes. Un consumidor que tiene desconfianza va a retraer sus gastos y va a influir de manera negativa en los comercios y en las empresas proveedoras de servicios. Por lo tanto es un anticipo de cómo se comportará el consumo privado que influye enormemente en la actividad económica.

El proceso de deterioro a nivel comercial se ha ido profundizando, y con ello, las expectativas de los empresarios. Durante 2018, 46% de las empresas mostraron un desempeño comercial que estuvo “por debajo” o “muy por debajo” de lo previsto un año atrás (CNCS).

Indice de Difusión: Se calcula considerando qué proporción de sectores de actividad que integran la encuesta presentaron tasas de variación positivas en sus niveles de ventas reales, en el período analizado.

El índice de difusión para el año 2018 alcanza un valor de 38%, es decir de los 28 rubros relevados en el informe casi el 60% (17 rubros) registraron una caída en sus niveles de venta en términos reales en la comparación interanual. El primer semestre fue mas positivo y en el segundo hubo deterioro.

Las expectativas que avanzaron hacia terreno más pesimista en febrero son las que mide el Índice de Expectativas de Desempleo (9,5) y las expectativas de ingreso de las familias (-3,8) para los próximos 12 meses. Más de la mitad de los encuestados (51,4%) esperan que en los próximos 12 meses el desempleo sea mayor.

Esto no es de extrañar en un contexto en el que el desempleo ha llegado 8,4%. Con la caída en la tasa de empleo en 2018 se habrían perdido aproximadamente unos 8.000 puestos de trabajo.

 


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