¿Qué se puede esperar de la guerra comercial entre China y Estados Unidos?

Laura Raffo explica las recientes medidas arancelarias que las dos economías más grandes del mundo están aplicándose.

Los ojos del mundo están puestos hoy en la guerra comercial que se intensifica entre las dos economías más grandes del mundo: China y Estados Unidos. El presidente Donald Trump tomó duras medidas contra los productos chinos que ingresan a Norteamérica y Xi Jinping no se quedó atrás y anunció serias represalias. ¿Qué está sucediendo?

Se están peleando dos gigantes y en esta lucha quedarán afectados todos los países del mundo. Estados Unidos es la mayor potencia mundial económicamente hablando y China la segunda, cuyos vínculos comerciales y financieros alcanzan tanto a los países más desarrollados como a los emergentes.

De un lado tenemos a Estados Unidos y la visión de Trump:

“Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, considera el presidente, porque "un país como Estados Unidos está perdiendo millones de dólares en comercio con otros países".

“No hay guerra comercial con China”, porque esa batalla “se perdió hace muchos años” por la “gente estúpida o incompetente que representaba a EE.UU.”, afirmó desde Twitter.

“Cuando ya estas 500.000 millones abajo, no puedes perder”, lanzó. A ellos sumó 300.000 millones por “robo de propiedad intelectual”. “No podemos dejar que esto continúe”, indicó.

Trump tiene este tono combativo con China. Desde que hacía su campaña electoral, siempre hablaba de China como el enemigo, incluso en programas televisivos de humor se concursaba para ver cuántas veces repetía la palabra China en sus discursos. ¿Qué hay de real en esta pérdida de dinero de EEUU en manos de China?

La realidad es que, desde que China se integró de manera plena al libre comercio, los lazos con EEUU avanzaron mucho. También es cierto que creció más lo que EEUU compra a China que lo que le vende.

¿Cuáles están siendo las armas de esta guerra comercial? Este miércoles China anunció nuevos aranceles, pero en realidad todo comenzó en marzo con las medidas anunciadas por Trump.

En marzo Trump anunció que impondría tarifas a la importación de acero y aluminio.El argumento fue que se necesita una industria del acero fuerte en EEUU por si sucede alguna escalada militar y deben fabricarse armas y transporte de guerra.Este aumento de tarifas afecta a muchos países, pero Trump exceptuó a los mayores vendedores Canadá y México.

¿Cuáles son las consecuencias de esta guerra comercial? Hay mucho nerviosismo en los mercados…

Una guerra comercial es alarmante para muchos líderes empresariales estadounidenses, que respaldan en gran medida los acuerdos comerciales existentes, y los mercados de valores, que temen menores ganancias y un crecimiento económico más lento si los EEUU. Se vuelven proteccionistas y otros países toman represalias.

Esto esta generando caídas en las bolsas.  Además, muchos de los 128 productos de la lista que anunció este miércoles China provienen de estados que favorecieron a Trump en las elecciones presidenciales de 2016. Y esto puede afectar las votaciones del Senado y gobernadores que hay previstas para noviembre. También China es el mayor poseedor de bono del Tesoro de EEUU y si decidiera jugar en el mercado financiero tendría con qué, aunque ya aclaró que no lo va a hacer.

Por otro lado, una guerra comercial no le conviene tanto a China ya que depende muchísimo de sus exportaciones y EEUU es su mayor mercado.

China ya fabrica una porción gigantesca de los bienes industriales del mundo. De acuerdo al estudio de la Cámara de Comercio Europea, es responsable de 28 % de los automóviles del mundo, 90 % de los teléfonos móviles, 41 % de sus buques y la mitad de su acero.

Aquí los roles parecen hacerse cambiado: EEUU, que siempre defendió el libre comercio, aparece hoy como la gran potencia proteccionista, mientras que el presidente de China Xi Jinping, que se está sumando de a poco a reglas de libre mercado hace un discurso pro globalización, como lo dio a entender en el foro de Davos.

China además quiere implementar un ambicioso plan para convertirse no solo en una potencia industrial sino en una potencia tecnológica y de invención e innovación, en rubros como la inteligencia artificial, las comunicaciones y la tecnología que está moviendo al mundo.


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