Expectativas de empresarios y consumidores: ¿lo peor ya pasó?

Tanto consumidores como empresas evalúan que lo peor ya pasó; de todas maneras, los ánimos de inversión y compras aún están bajos.

Se conocieron  varias encuestas de expectativas e índices de confianza en estos últimos días. Parecería que tanto consumidores como empresas evalúan que lo peor ya pasó. De todas maneras los ánimos de inversión y compras aún están bajos.

Monitorear las expectativas de empresarios y consumidores es fundamental en cualquier economía. Su estado de ánimo y lo que ellos piensan influye de manera directa en el desempeño económico de un país.

Si un empresario cree que la situación económica no será buena, no va a invertir, no va a contratar a más personal e incluso puede despedir trabajadores. Con el consumidor pasa lo mismo. Si creemos que las cosas no están bien, dejamos de hacer gastos innecesarios, cuidamos cada compra y afectamos a los comerciantes.

Teníamos un consumidor optimista moderado dos años atrás, pero comenzó a convertirse en  pesimista y llegó a un piso en setiembre del año pasado en plena crisis de Brasil y Argentina.

Ahora comienza a recuperarse lentamente, en buena medida debido al fortalecimiento del peso frente al dólar y a que la inflación empezó a ceder y se nota en las compras

De todas maneras sigue apareciendo el temor al desempleo y la menor capacidad de ahorro, menos compra de bienes durables.

La valoración general del clima de negocios sigue siendo poco favorable. Los juicios positivos permanecen en los niveles más bajos en cinco años.

Sin embargo y luego de un fuerte deterioro en los últimos relevamientos, cedió la visión negativa sobre la evolución reciente de la economía y el clima de inversiones.

El cambio de expectativas es más evidente en relación a las perspectivas para el próximo año, apareciendo incluso un porcentaje relevante de respuestas positivas

La evaluación que hacen los ejecutivos de la situación general de su empresa también mejoró

Volvió a caer la proporción de ejecutivos que prevé reducir la inversión o el empleo en su empresa, pero tampoco se advierte una vocación expansiva.

Esos resultados son consistentes con una visión de que la rentabilidad seguiría bajo presión, aunque el saldo neto de respuestas en esta materia ha tendido a mejorar.

Incremento de costos”, “escasez de demanda” y “competencia creciente” siguen siendo los principales desafíos mencionados por los ejecutivos consultados.

Pese a las mejores perspectivas económicas, la evaluación de la gestión del gobierno se deterioró significativamente frente al relevamiento de abril.


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