Alfredo y su familia sobrevivieron al alud de barro en Bariloche: "Vivimos una pesadilla, una escena de película de terror"

"Ingreso y veo que empieza a caer barro por la escalera. No entendía qué pasaba, pensaba que era una maceta o un plantero gigante que se había caído", contó el periodista argentino.

Un alud de barro se deslizó el lunes hacia el complejo hotelero Huinid en Bariloche, Argentina, luego de que las lluvias hicieran ceder la contención. El episodio concluyó con tres uruguayos fallecidos que estaban allí de vacaciones.

Este miércoles, Telemundo dialogó con Alfredo Blanco, un periodista argentino que se encontraba hospedado en el hotel junto a su familia. “Vivimos una pesadilla, una escena de película de terror. Transcurrió todo de forma muy rápida”, contó.

Blanco explicó que él y su familia estaban alojados en las habitaciones 109 y 111, y que “el alud pegó de lleno en las habitaciones 105 y 107, y en la parte de la escalera”. 

Además de resaltar la angustia por lo vivido Blanco contó él y su esposa volvieron a entrar al hotel segundos antes de que se produjera el alud: 

“Minutos antes, tres minutos antes, nos estábamos preparando para salir, mi hijo insistía en que salgamos a pasear. Mi hijo Gonzalo ya estaba en el auto, estábamos esperando que mi hija y mi sobrina bajen. Mi señora ingresó al hotel para buscar su celular, y yo fui a los segundos para buscar una campera. Ella subía la escalera principal y yo estaba por ingresar al hotel cuando siento un ruido terrible, un estruendo muy fuerte. 

Ingreso y veo que empieza a caer barro por la escalera. No entendía qué pasaba, pensaba que era una maceta o un plantero gigante que se había caído. Pero cuando estaba por acercarme, empieza a sonar la alarma del hotel. Me acordaba que mi esposa había subido, así que subí, y cuando empecé a subir y tenía que enterrar el pie bastante en el lodo. Cuando llego al entrepiso, veo que mi esposa estaba en el entrepiso, que la había agarrado la avalancha. Veo una mujer toda completamente embarrada, me acerco y veo que era mi señora. Ahí me empecé a desesperar. Hablaba con ella y me respondía bien, no perdió el conocimiento. 

Mi mujer me preguntaba por los chicos. Yo me acordaba que Gonzalo estaba afuera, pero que mi hija y sobrina estaban en el primer piso. Subí las escalera y que había piedras enormes, raíces y troncos. Subo la escalera, golpeaba en la habitación y no me atendían. Hasta que pasó una persona del hotel, me abrió la puerta y vi que la habitación estaba intacta, y que ellas no estaban. Bajé nuevamente y ahí veo que llegaban las dos, que salieron por otra escalera alternativa. Fue una angustia terrible”.


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