Biden repasó un nuevo año de su gobierno ante el Congreso de EE.UU.: frases destacadas, abucheos republicanos y prioridades con miras a 2024

En un discurso sobre el estado de la Unión optimista y lleno de cifras, Biden presumió de la tasa de desempleo más baja en 50 años, de la caída de la inflación y de los beneficios de los enormes programas de inversiones y reformas emprendidos por su administración.

El presidente Joe Biden abogó el martes por una sociedad más justa con mejores salarios para los obreros y más impuestos para los multimillonarios, en su discurso ante el Congreso en el que advirtió a China que no dudará en actuar si amenaza la soberanía de Estados Unidos.

En un discurso sobre el estado de la Unión optimista y lleno de cifras, Biden presumió de la tasa de desempleo más baja en 50 años, de la caída de la inflación y de los beneficios de los enormes programas de inversiones y reformas emprendidos por su administración.

"Terminemos el trabajo", dijo el presidente de 80 años, que baraja presentarse a la reelección en 2024.

En el plano internacional, lanzó un aviso a Pekín después del derribo de un globo chino que, según Washington, servía para espiar. "Como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger nuestro país. Y lo hicimos", dijo.

Pero fue un discurso más centrado en política interna, con una defensa a ultranza del corazón industrial de Estados Unidos, del "made in USA" que ayudó en su día a su predecesor republicano Donald Trump a conquistar las ciudades obreras.

"Mi plan económico es invertir en lugares y personas que han sido olvidados", que "se han quedado atrás o han sido tratadas como si fueran invisibles" durante las últimas cuatro décadas, esbozó.

Unos planes enfocados en buscar una justicia social. "Ningún multimillonario debería pagar una tasa impositiva más baja que un maestro de escuela o un bombero", afirmó el presidente.

Biden también se dijo "escandalizado" con las ganancias de las petroleras que en 2022 se embolsaron "200.000 millones de dólares en medio de una crisis energética global" y pidió un fuerte aumento de impuestos sobre la recompra de acciones de estas empresas.

El presidente también tendió la mano a los republicanos para "trabajar juntos", aunque acusó a algunos de ellos de intentar tomar "como rehén" la economía exigiendo recortes en el gasto público para elevar el límite de deuda y evitar un default.

Reforma policial

En más de una hora de discurso, Biden fue más allá de la economía, y abordó temas que dividen a los estadounidenses: las armas, la violencia policial, la migración o el aborto.

"Unámonos y terminemos el trabajo de la reforma policial" para responsabilizar a los agentes que tengan comportamientos violentos, y prohibamos las armas de asalto peligrosas "de una vez por todas", dijo.

En directo lo escuchaban los padres de Tyre Nichols, quien murió recientemente en Memphis después de ser golpeado por la policía, así como Brandon Tsay, que desarmó al autor de un tiroteo contra la comunidad asiática en California.

También pidió a los republicanos, que desde noviembre tienen mayoría en la Cámara de Representantes, una reforma migratoria, aunque sabe que sus posibilidades son escasas.

"Si no aprueban mi profunda reforma migratoria, al menos aprueben mi plan para suministrar los medios y agentes necesarios para proteger la frontera" con México "y un camino hacia la ciudadanía para los dreamers (soñadores que llegaron de niños), aquellos con estatus temporal, trabajadores agrícolas y esenciales", reclamó.

El presidente se vanaglorió de que su nueva política para permitir la entrada, bajo condiciones, de cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos ha reducido la migración desde esos países en más de un 90%.

Y en la carpeta del derecho del aborto, Biden advirtió a los republicanos que vetará cualquier legislación que prohíba la interrupción del embarazo a nivel federal.

China rechaza advertencias

Ante las advertencias de Biden, el ministerio chino de Relaciones Exteriores respondió que defenderá "con firmeza la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China", señaló su portavoz Mao Ning.

China pidió a Washington devolver las relaciones bilaterales a "la senda del desarrollo sano y estable".

Biden también se dirigió a la embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, que figuraba entre los asistentes: "Vamos a estar con ustedes, el tiempo que sea necesario".

Detrás del mandatario estaba sentado el nuevo jefe conservador de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, quien se puso de pie en varias ocasiones para aplaudir el discurso.

"Luchar por luchar, el poder por el poder, el conflicto por el conflicto, no nos lleva a ninguna parte", afirmó Biden e insistió en que la democracia estadounidense, aunque "magullada", permanece "inquebrantable".

Biden se esforzó en infundir esperanza a sabiendas de que las encuestas le son desfavorables. Tampoco lo acompañaban en los comicios de mitad de mandato de noviembre y, finalmente, los resultados demócratas lo reforzaron.

Incluso el propio Trump alabó su discurso: "No estoy de acuerdo con él en la mayoría de sus políticas, pero expresó en palabras lo que sentía y terminó la noche mucho más fuerte de lo que comenzó. Denle crédito por eso".

Sin embargo, la gobernadora de Arkansas, la republicana Sarah Huckabee Sanders, fue mucho más crítica y arremetió contra la "izquierda radical" y lo que considera un ataque a la "libertad y la paz".

El respaldo demócrata y el abucheo republicano

Las ovaciones demócratas frente a las caras largas de los republicanos, el calor de unos frente a los reproches de otros han protagonizado el segundo discurso del estado de la Unión de Joe Biden dejaron claro esta noche que la relación de la Casa Blanca con el nuevo Congreso va a ser muy complicada.

A lo largo del discurso se repitió una imagen que captaba la distancia entre ambos partidos. Detrás de Biden estaban la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy. El entusiasmo de Harris frente a la quietud de McCarthy -que por respeto al orador, no obstante, aplaudió en ocasiones- reflejaban el sentir de los dos partidos. Aunque en la bancada los republicanos hicieron más ruido que su líder.

Nada más entrar al hemiciclo, las palabras que cruzó Biden con algunos congresistas ya dieron que hablar, con un saludo al republicano Matt Gaetz, aliado del expresidente Donald Trump, y un encuentro de miradas sin apretón de manos con el joven George Santos, en la cuerda floja tras saberse que incluyó información falsa en su currículum y mentiras sobre sus antecedentes.

En un Capitolio vallado por seguridad, Biden aludió al asalto del 6 de enero de 2020 como "la batalla nacional más grande desde la guerra civil" y ningún republicano se levantó de su escaño para apoyar sus palabras, ni siquiera McCarthy. Además, Biden tuvo que escuchar algunos abucheos por parte de los republicanos, así como el insulto de "mentiroso" propiciado por la congresista cercana a Trump Marjorie Taylor Greene, quien respondió así al momento en que el presidente acusaba a los conservadores por querer recortar la seguridad social y la sanidad.

Un incidente que recordó al grito de "¡mientes!" del republicano Joe Wilson al entonces presidente Barack Obama (2009-2017) en el discurso sobre el Estado de la Unión en 2009, por el que fue amonestado por la Cámara de Representantes posteriormente. Horas antes del discurso, Marjorie Taylor Greene se había paseado por los pasillos del Capitolio con un globo blanco en alusión al globo espía chino que sobrevoló el territorio de EE.UU. la semana pasada, asegurando que lo llevaría al hemiciclo. Al final no lo llevó, aunque si fue vestida de este color.

McCarthy mandó callar sin éxito a sus compañeros de partido cuando el discurso escaló a las muertes por fentanilo, que muchos conservadores achacan a la situación migratoria en la frontera con México. Los republicanos responsabilizaron al presidente del problema al grito de "es tu culpa", a lo que añadieron otro: "Cerrad la frontera".

Todos ellos escucharon un discurso lleno de mensajes a los republicanos, a los que Biden pidió una y otra vez trabajar conjuntamente, aunque sin dejar de reprocharles muchas de sus posiciones.

El discurso en 10 frases

Estas son diez de las frases más destacadas del discurso del mandatario estadounidense:

- "Acabemos el trabajo" (La frase más repetida de Biden, tanto para hablar de sus propuestas como para dirigirse al Congreso para aprobarlas)

- "Pelear por pelear, el conflicto por el conflicto, no nos lleva a ninguna parte".

- "Algunos de mis amigos republicanos quieren tomar a la economía de rehén a menos que acceda a sus planes económicos".

- "Si alguien trata de cortar la Seguridad Social, los pararé. Y si alguien intenta cortar Medicare, los pararé".

- "Si el Congreso aprueba una prohibición nacional del aborto la vetaré".

- "Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger nuestro país. Y lo hicimos".

- "Embajadora (de Ucrania, Oksana Markarova), EE.UU está unido en nuestro apoyo a vuestro país. Estaremos junto vosotros el tiempo que sea necesario"

- "Nunca tuve que mantener la conversación (sobre estar alerta ante la violencia policial) con mis hijos que tantas familias de color han tenido con los suyos".

- "Bajo mi supervisión, las carreteras, los puentes y las autopistas estadounidenses se fabricarán con productos estadounidenses".

- "Si no aprueban mi reforma migratoria integral, al menos aprueben mi plan para proporcionar equipamiento y agentes para proteger la frontera. Y un camino hacia la ciudadanía para los 'soñadores', aquellos con estatus temporal, trabajadores agrícolas y esenciales". EFE

Con información de AFP y EFE


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