El país está confrontado a una virulenta segunda ola de la pandemia, tras el aval al uso de emergencia de dos inmunizantes, el chino CoronaVac y el británcio de AstraZeneca/Oxford.
Una enfermera de Sao Paulo recibió el domingo la inmunización desarrollada por el laboratorio chino Sinovac.
Sin embargo, el gobierno federal calificó el acto como una "jugada de marketing" del gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, enfrentado con el presidente Jair Bolsonaro, e indicó que el plan nacional de vacunación empezará oficialmente el miércoles.
Más temprano, el regulador sanitario brasileño aprobó el uso de emergencia de esa vacuna china, llamada CoronaVac, y de la británica AstraZeneca/Oxford.
La autorización ocurre en medio de un recrudecimiento de la pandemia en Brasil, con balances diarios de más de 1.000 fallecidos en el país y una situación dramática en Manaos, capital del estado de Amazonas, donde se detectó una nueva variante del virus y los hospitales están desbordados.
“Todo mundo está preocupado con esta nueva variante, según científicos, mañana inicia una nueva curva de la enfermedad y nosotros pedimos a Dios para que eso no ocurra, nos anticipamos al hacer este trabajo de prevención que es el lavado”, dijo Antonio Sena, presidente de la Asociación de Residentes de Betania.
Brasil ha sido criticado por la demora en el inicio de la campaña de inmunización y por la politización de la pandemia.
La disputa por las vacunas es el capítulo más reciente del enfrentamiento entre Bolsonaro y Doria, que se perfila como uno de sus principales rivales en las elecciones presidenciales de 2022.
Bolsonaro rara vez es visto con mascarilla en público, promueve aglomeraciones y ha criticado sistemáticamente las restricciones impulsadas por Doria y otros gobernadores para frenar los contagios, alegando la necesidad de evitar un descalabro económico.
