Choques irreconciliables en la OEA por la crisis política en Bolivia

La sesión extraordinaria convocada por el organismo desencadenó un cruce de reproches.

La Organización de Estados de Americanos (OEA) se dividió el martes entre aquellos países, liderados por Estados Unidos, que piden pasar página en la crisis en Bolivia, y los que reclaman al organismo una condena contundente al "golpe de Estado" que forzó la renuncia de Evo Morales.

La sesión extraordinaria convocada por el organismo se convirtió en un cruce de reproches y declaraciones grandilocuentes, en los que los Estados reiteraron sus posiciones, pero no llegaron a aprobar ningún documento vinculante que exprese la postura mayoritaria del bloque hemisférico.

La división evitó llegar a acuerdos. Por un lado, 15 de los 34 países que son miembros activos de la OEA pidieron la convocatoria de elecciones en Bolivia 'lo más pronto posible'; y, por otro lado, México, Uruguay y Nicaragua alertaron del peligroso precedente que puede suponer un 'golpe de Estado' contra Morales.

Entretanto, diez países caribeños reiteraron su respaldo a los principios de 'no intervención', pero no llegaron a hablar de una asonada contra el líder indígena.

La representante de Mexico Luz Elena Baños criticó el papel del secretario general de la OEA, Luis Almagro.

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, protagonizó uno de los momentos más tensos del Consejo Permanente cuando consideró que quien cometió un 'golpe de Estado' en Bolivia fue Morales, al que acusó de haber tratado de 'robar' las elecciones del 20 de octubre, en las que fue declarado vencedor en primera vuelta.

Estas declaraciones suponen un cambio de postura de Almagro, que hasta ahora había evitado criticar abiertamente a Morales por las elecciones y que había apoyado su derecho a la reelección, a pesar de que el líder indígena perdió en 2016 un referéndum para optar a un cuarto mandato, algo que finalmente logró hacer tras recibir el respaldo del Tribunal Constitucional de Bolivia.


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