Christchurch no da crédito del ataque con armas semi-automáticas a dos mezquitas del centro de la ciudad y a plena luz del día

Se vivió una jornada de luto entre el desconcierto y el horror.

Tan solo un día ha tardado en comparecer ante un tribunal el responsable de la mayor matanza en Nueva Zelanda en tiempos de paz. Por el momento Brenton Harrison Tarrant, australiano de 28 años, está en prisión preventiva acusado de asesinato, tras matar a 49 personas y dejar herido a otro medio centenar en su ataque contra dos mezquitas de la localidad de Christchurch.

La masacre podría haber sido aun peor, según explica la primera ministra, Jacinda Ardern:

"La persona acusada estaba detenida 36 minutos después de recibir la primera llamada. El delincuente estaba desplazándose. Había otras dos armas de fuego en el vehículo en el que se encontraba el agresor y su intención era continuar con el ataque".

Ardern, además, ha prometido reformar la legislación del país sobre la posesión de armas. Antes de su arresto en una persecución policial, Harrison retransmitió en directo por internet 17 minutos de la matanza y dejo escrito en las redes sociales un manifiesto en el que dejaba claro su odio hacia los musulmanes. Aun se desconoce si actuó solo en los dos ataques perpetrados en dos puntos separados por unos cinco kilómetros y por los que se ha detenido a otras tres personas, una de ellas ya puesta en libertad.


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