Un amplio operativo de seguridad impidió el acercamiento de los manifestantes a la residencia.
Esa era la consigna de decenas de chilenos que se apostaron cerca de la casa del presidente, que el domingo celebraba sus 70 años.
"Hay que molestarlo porque no renuncia y debería hacernos caso porque el pueblo está demandando muchas cosas y en vez de eso ¿Qué hace? Ley anti encapuchados", expresó una manifestante.
Seis semanas de protestas contra la desigualdad social en Chile dejan 23 muertos -cinco a manos de fuerzas del Estado- y miles de heridos, casi 300 con lesiones oculares.
La Fiscalía informó que las fuerzas de seguridad son investigadas por más de 2.000 casos de violaciones a los derechos humanos.
"Él fue elegido primero que nada democráticamente por lo tanto democráticamente debe terminar, pero al parecer el no quiere eso. Él quiere terminar con los militares en la calle, con los carabineros en la calle, ¿qué pretende?", dijo otro manifestante.
En el marco de la peor crisis social en tres décadas, las marchas multitudinarias, la violencia en las calles y denuncias de abusos policiales se convirtieron en una encerrona para el mandatario derechista, que vivió su cumpleaños más amargo.
