Los socorristas siguen retirando muertos del lodo.
Las autoridades brasileñas ordenaron el martes la detención temporal de cinco ingenieros en el marco de las investigaciones por la tragedia minera en el sudeste del país que ha dejado decenas de muertos y casi 300 desaparecidos.
Los socorristas siguen retirando muertos del lodo.
Ya sacaron decenas de cadáveres, pero todavía quedan casi 300 desaparecidos en el torrente de barro desatado por la ruptura de un dique de la minera Vale en el sudeste de Brasil, el pasado viernes.
Las autoridades brasileñas ordenaron el martes la detención temporal de cinco ingenieros en el marco de las investigaciones por la tragedia.
Tres de los detenidos eran funcionarios de Vale "directamente involucrados y responsables por el emprendimiento minero y su licencia".
Los otros dos trabajan para la empresa alemana TÜV SÜD, quienes recientemente certificaron la estabilidad del dique.
La rotura provocó una avalancha de lodo y residuos mineros que en segundos tapió instalaciones del propio complejo de Vale y parte de la localidad de Brumadinho, donde operaba. Llegó además al río Paraopeba, afectando a comunidades aledañas y amenazando con convertirse en una tragedia ambiental.
El lunes un grupo de manifestantes protestó frente a la sede de la minera en Rio de Janeiro.
Denunciaron que la rotura no puede ser considerada un accidente. Y reclamaron la renacionalización de la minera, privatizada en 1997.
El fin de semana la justicia bloqueó más de 3.000 millones de dólares de Vale, para compensar perjuicios y daños ambientales y asegurar el pago de salarios.
(AFP)
