El presidente estadounidense aseguró que no aceptará más excusas.
Desde Londres, Donald Trump también aludió a la crisis migratoria y sus reproches a México, a cuyos productos su gobierno impondrá desde el próximo lunes, un arancel de un 5 % como castigo por no hacer lo suficiente para frenar la migración hacia EEUU. El anunció hizo que el peso mexicano cayera frente al dólar y desplomó mercados globales, temerosos de una desaceleración del comercio y altos precios de bienes importados en ambos lados de la frontera.
"México tiene algo que probar. Pero no quiero oír que son gobernados por carteles, ustedes informan eso todo el tiempo, mucha gente también. Eso sería terrible. México debería hacer más y frenar esta arremetida, esta invasión a nuestro país", dijo el presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Trump había afirmado en Twitter que, como señal de buena fe, México debe detener de inmediato el flujo de personas y drogas hacia la frontera con EEUU, advirtiendo además que el gobierno mexicano puede hacerlo si lo quiere. Por su parte, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador dijo que sigue apostando al diálogo para resolver las controversias, buscando una solución pacífica.
"Nosotros pensamos que se puede llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos y seguimos considerando que el gobierno de Estados Unidos es un gobierno amigo de México. Yo quiero seguir siendo amigo del presidente Donald Trump", dijo el presidente de México.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard, que está en Washington para negociar con las autoridades estadounidenses, insistió este martes en que su Gobierno hace cuánto puede por retener el flujo de indocumentados, pero el presidente estadounidense dejó claro desde el otro lado del Atlántico que, por el momento, no les va a creer.
