Egipto paseó a sus momias por el Cairo en un espectáculo solemne y propagandístico

El traslado de los cuerpos de 18 reyes y cuatro reinas a su nuevo emplazamiento sirvió al gobierno para tratar de impulsar la industria del turismo, muy debilitada por la pandemia.

A bordo de extravagantes vehículos y al compás de la música en directo interpretada por una gran orquesta, 22 momias de reyes y reinas del antiguo Egipto desfilaron por el Cairo la tarde de este sábado, tras caer el sol, en una inédita y solemne procesión faraónica.

El desfile real comenzó en las puertas del histórico museo egipcio de antigüedades, presidido por una banda de tamboreros uniformados, y ha rodeado la icónica plaza Tahrir iluminada, que desde hace meses luce un obelisco y cuatro esfinges de Luxor, antes de enfilar hacia el Nilo.

Siguiendo el curso del río, el convoy marchó hacia la que será la nueva residencia de las momias, el museo nacional de la civilización egipcia.

Para la gran marcha, bautizada el desfile dorado y que las autoridades egipcias llevaban anunciando durante meses a bombo y platillo, no se ha escatimado en nada.

Para la procesión, los cuerpos de la realeza egipcia se han colocado con delicadeza en módulos especiales esterilizados y con nitrógeno para recrear las condiciones de las cajas en las que se exhiben habitualmente, y se han cargado en exóticos vehículos dorados y negros, y dotados con amortiguadores de seguridad. Desfilando por orden cronológico, los carros llevaban grabado en el lateral el nombre del monarca en árabe y en jeroglíficos egipcios. Su paso, pausado, estaba acompasado con el ritmo de una orquesta de 120 músicos y una coral de 100 cantantes.


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