El Congreso de Chile inició este miércoles la discusión de un proyecto para despenalizar el aborto dentro de las primeras 14 semanas

El gobierno de Sebastián Piñera se opone frontalmente al proyecto.

Con camisetas verdes -el color de la lucha por la legalización del aborto- y al grito de "¡Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo!", algunas de las parlamentarias de izquierda y centro-izquierda que impulsaron la iniciativa llegaron al Parlamento con la mira puesta en la reciente despenalización en Argentina.

"Hoy iniciamos el camino hacia la despenalización legal y social del aborto en Chile. Los abortos existen y seguirán existiendo. En nuestras manos está dejar de perseguir a adolescentes y mujeres que no tienen recursos para hacerlo en clínicas disfrazado de apendicitis", dijo Maite Orsini, diputada opositora y presidenta de la comisión parlamentaria donde se discutirá el proyecto.

A diferencia de la ley aprobada en Argentina el pasado diciembre, el proyecto chileno se limita solo a despenalizar el aborto y no garantiza ni provee la prestación ni el acompañamiento del Estado.

Chile, que prohibió totalmente el aborto a finales de la dictadura de Augusto Pinochet, lo despenalizó en septiembre de 2017 en tres causales: inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la madre y embarazos producto de una violación.

El movimiento feminista denuncia, sin embargo, que muchas chilenas que cumplen con las tres condiciones encuentran dificultades aún para interrumpir su embarazo por las objeciones de conciencia interpuestas por clínicas y especialistas para practicarlo.

Aunque el aborto libre es una demanda de millones de chilenas y el movimiento feminista ha demostrado gran fuerza en los últimos tiempos, la discusión promete ser larga y polarizante y el Gobierno ya ha manifestado en reiteradas ocasiones que está en contra.


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