El nuevo gobierno de Brasil retiró al país del pacto migratorio de la ONU para aumentar los controles en las fronteras

Jair Bolsonaro aclaró que no se negará ayuda a los inmigrantes que la pidan.

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU fue suscrito en diciembre por 152 países, entre ellos Brasil, durante la gestión del expresidente Michel Temer.

Pero el flujo de millones de migrantes venezolanos que saturaron los estados brasileños fronterizos hizo repensar la política al nuevo presidente quien dice que ayudará pero no en forma indiscriminada.

En Twitter Jair Bolsonaro dijo que el país debe ser soberano para aceptar a quien ingresa. "Nunca rechazaremos ayuda a los que la necesitan, pero la inmigración no puede ser indiscriminada. Se necesita buscar la mejor solución de acuerdo con la realidad de cada país", dijo. "Si controlamos quién dejamos entrar en nuestras casas, ¿por qué haríamos diferente con nuestro Brasil?", agregó.

Además de los venezolanos, en los últimos años Brasil acogió a miles de refugiados, principalmente haitianos y sirios.

Dos de los países que rechazaron adherir al pacto fueron Estados Unidos e Israel, con los que el Gobierno de Bolsonaro busca estrechar los lazos durante su gestión que comenzó el pasado 1 de enero.

Bolsonaro expresó su voluntad de salir del Pacto Migratorio la misma semana en la que fue firmado el acuerdo en Marrakech, pero la retirada se hizo efectiva este martes, después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores notificara a las Naciones Unidas.

El presidente brasileño ya había manifestado su intención de establecer criterios para limitar el ingreso al país de venezolanos que buscan refugio en el país tras huir de la crisis política, económica, sanitaria y social en Venezuela.

Las autoridades brasileñas estiman que entre 700 y 800 venezolanos ingresan diariamente al país por Pacaraima, principal puerta de entrada de Venezuela a Brasil.


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