La populista de derecha que perdió el balotaje en 2011 intenta separarse del legado más oscuro de su padre para convertirse en la primera presidenta mujer de Perú.
Keiko Fujimori provoca amor u odio entre los peruanos. La candidata presidencial lleva la mitad de su vida inmersa en la política, pero es el legado de su padre -el controvertido Alberto Fujimori, hoy preso- el que marcó gran parte de su campaña.
Nacida en 1975, fue adolescente y joven durante el gobierno autoritario de su padre en la década de los 90. La brutal represión de ese período a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, que llevaba a cabo ataques y secuestros, le granjeó admiración de parte de la población, pero crímenes de corrupción y de lesa humanidad lo tienen hoy tras las rejas.
En 1992, Fujimori dio un autogolpe con el respaldo de las fuerzas armadas y disolvió el Parlamento, pero esa no es la mayor mancha en el historial del expresidente: la ONG Transparencia Internacional estima que durante su gobierno su patrimonio creció de manera ilegal en unos US$6.000 millones. Hacia fines de su gestión, cuando empezó a peligrar su presidencia, Fujimori intentó abandonar el cargo desde Asia, en donde se encontraba de viaje, y a través de un fax.
En el juicio que lo dejó preso se lo halló responsable intelectual de las masacres de La Cantuta y de Barrios Altos, en las que fueron secuestrados y desaparecidos un profesor y nueve alumnos en la primera y asesinadas quince personas en la segunda, ambos casos a cargo de una facción del Ejército.
Sin embargo, hasta principios de esta década seguía manteniendo un apoyo de cerca de la mitad de la población peruana.
Su hija Keiko ha dicho que ingresó a la política contra su voluntad, con solo 19 años, al actuar como primera dama tras el divorcio hostil de sus padres. Populista de derecha al igual que Alberto, Keiko fue electa para el Congreso en 2006 y dos años más tarde terminó una maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Columbia.
Su primer intento de alcanzar la presidencia peruana fue en 2011, cuando perdió en segunda vuelta contra el actual presidente Ollanta Humala. Ahora, la madre de dos intenta nuevamente hacer historia como la primera mujer presidente del país incaico, enfrentada con el economista de centro derecha Pedro Pablo Kuczynski en un balotaje.
En medio de protestas masivas, durante su campaña Keiko intentó a la vez capitalizar la popularidad de su padre por la prosperidad económica durante su gobierno, y distanciarse de su legado más oscuro, que incluye también la esterilización forzada de más de 250.000 indígenas de bajos recursos.
Los últimos sondeos le dieron una leve ventaja sobre su rival, pero pronostican un final ajustado.
