El último adiós a Nelson Mandela

Todo Sudáfrica y un centenar de jefes de Estado y de Gobierno despiden este martes a Nelson Mandela, el hombre que derrotó al apartheid.

La ceremonia, que se celebra en el estadio Soccer City de Soweto, y que prevé, entre otras, intervenciones de los presidentes de EE UU, Barack Obama; Brasil, Dilma Rousseff; y Cuba, Raúl Castro, así como familiares y amigos de Mandela. El acto está siendo retransmitido en un centenar de pantallas gigantes ubicadas en centros comerciales y plazas de todo el país.

La ciudadanía sudafricana quiere darle a Mandela un adiós por todo lo alto, como ha demostrado en los cinco días de luto oficial que se llevan desde que falleció la noche del jueves a los 95 años. Pero las condiciones meteorológicas no son las más atractivas. La lluvia que cae desde anoche ha deslucido y complicado el prólogo del funeral popular.

El acto empezó con una hora de retraso con respecto a lo previsto. El himno nacional sudafricano ha abierto la ceremonia bajo una lluvia intensa que no ha impedido, sin embargo, que más de 90.000 personas ocupen las localidades.

La familia y los jefes de Estado que participarán en el acto están ya sentados bajo grandes carpas en una esquina del campo de fútbol, mientras que el grueso de personalidades invitadas se han ubicado en la tribuna de autoridades. En primera fila se encuentra el Príncipe Felipe y los herederos de Noruega y Suecia, entre otros. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aún no ha llegado y algunas fuentes lo sitúan en medio de un importante atasco en la autopista que conduce a Soweto desde el centro de Johannesburgo.

Tras el himno ha empezado la ceremonia interreligiosa, en la que un rabino, un imán y un prelado cristiano en una muestra de la unidad que defendió Mandela durante toda su vida.

El presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha recibido el mayor de los abucheos a su entrada en el estadio, mientras que la ex mujer de Mandela, Winnie, ha tenido la más calurosa de las acogidas. Precisamente, Winnie ha protagonizado una de las imágenes más emotivas de la mañana cuando ha dado la bienvenida a la viuda, Graça Machel, con un largo y emotivo abrazo. A pesar de estar separada de Madiba desde hace más de dos décadas, Winnie y Mandela mantenían una relación estrecha y de hecho lo ha estado visitando asiduamente durante los seis meses que ha estado ingresado en estado crítico, hasta que el pasado día 5 falleció en su domicilio del barrio de Houghton a la edad de 95 años.

El estadio Soccer City abrió puertas un poco más tarde de las seis de la mañana pero horas antes, un millar de personas ya esperaban bajo la lluvia intensa y bajas temperaturas invernales a pesar de estar en verano. Otra vez los sudafricanos han intentado poner al mal tiempo buena cara y se entretenían con cánticos acompasados, al estilo góspel o canciones tradicionales.

Obedeciendo las indicaciones de la organización, miles de ciudadanos están accediendo al estadio en cuentagotas andando, utilizando los autobuses habilitados o aparcando a un par de kilómetros. Llegan con anoraks, gorras de lana porque realmente las temperaturas han caído en las últimas horas e intentan ocupar las localidades a cubierta.

Entre los asistentes al acto figuran también el primer ministro británico, el presidente francés, el mandatario de Zimbabue, Robert Mugabe, tres expresidentes de EEUU, Bono, Peter Gabriel, Naomi Campbell, Bill Gates y Oprah Winfrey.

La música ha empezado a animar al público que responde como ha venido haciendo desde que se declaró el duelo. Las dos pantallas ofrecen imágenes de la entrada del estadio y cada vez que accede algún familiar de Mandela o una de las personalidades invitadas, la gente arranca a aplaudir. Las canciones de lucha contra el apartheid que Mandela durante tantos años combatió.

La ceremonia ha empezado con el himno nacional y seguirá con una plegaria interreligiosa que dará paso a los discursos. Cuatro nietos de Mandela se encargarán de homenajear la figura de Madiba como abuelo, para después terminar con los parlamentos del director general de la ONU, Ban Ki-moon, el de los presidentes de Estados Unidos, Brasil, India, Namibia y Cuba, así como el vicepresidente chino.

En la puerta, algunos de los asistentes se quejan de que el Gobierno no haya declarado la jornada festiva para facilitar a los trabajadores acudir a este acontecimiento histórico.


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