La pandemia del coronavirus se agrava en el mundo y especialmente en Europa.
Toda Francia está desde este viernes bajo un confinamiento generalizado, aunque mucho más flexible que el de la pasada primavera.
"Es un confinamiento diferente al primero, en abril no había tanta gente en las calles. Por el momento no veo mucha diferencia con los días anteriores, salvo que los cafés están cerrados, pero eso es todo", dijo Daniel, habitante de París.
Los policías controlan que los transeúntes lleven consigo en un papel impreso o sus celulares, el permiso para estar fuera de sus casas, para ir a trabajar, hacer los mandados o acudir a una consulta médica, so pena de una multa equivalente a 158 dólares.
"Creo que no tenemos otra opción, en algún momento tenemos que salir de esto, así que si no fuimos disciplinados antes tendremos que serlo ahora, pero tenemos que hacerlo de forma inteligente", expresó Eleonore, habitante del país.
Aunque los franceses que puedan hacerlo deberán trabajar desde sus casas, al menos hasta el 1 de diciembre, muchos podrán seguir yendo a trabajar. Además de los comercios esenciales como supermercados y farmacias, se autorizó a los centros de enseñanza hasta secundaria, bancos, florerías, ópticas, entre otros, a permanecer abiertos.
Los franceses vivieron un férreo confinamiento de 55 días, entre marzo y mayo, durante la primera oleada de una epidemia que ya se ha cobrado la vida de 36.000 personas en el país.
Las autoridades sanitarias prevén un pico de internaciones en noviembre más alto que en abril y temen una saturación de las unidades de cuidados intensivos, donde más de la mitad de las camas disponibles ya están ocupadas.
