Erupción de volcán: entre la incertidumbre de quienes deben evacuar sus casas y el temor de gases tóxicos con la llegada de lava al mar

La erupción del Cumbre Vieja en La Palma ya destruyó 166 construcciones y obligó a evacuar a más de 6.000 personas.

"Vivimos en un nerviosismo continuo": así se sienten muchos de los vecinos del municipio de El Paso, en la isla canaria de La Palma, que han tenido que dejar sus casas de forma preventiva ante el avance de las coladas del volcán de la Cumbre Vieja, que este martes ha dejado en el sur de la isla la primera lluvia de cenizas.

Un repunte de la actividad del volcán, que entró en erupción el domingo por la tarde, obligó a evacuar a otras 500 personas en la noche del lunes y ya son 6.000 los desplazados en esta isla frente a las costas del noroeste de África.

Algunos saben que irremediablemente el caminar de la lava se tragará sus casas y, por eso, han intentado la mayor cantidad de pertenencias que han podido, apoyados por los servicios de emergencia, que han prestado toda su ayuda para facilitar este duro momento.

Es el caso de los barrios de Todoque y Tacande, donde los vecinos que fueron desalojados anoche han podido regresar esta mañana unas horas para intentar llevarse lo máximo posible y especialmente productos de primera necesidad.

Había lágrimas por lo ya perdido y por lo que se podía perder "porque es el trabajo de toda la vida", comentaba un hombre a Efe.

Otro vecino se lamentaba de que ya la lava se había tragado una vivienda de su propiedad y ahora otra iba a correr la misma suerte, mientras que una pareja buscaba desesperada a su gato.

La diferencia de esta erupción en comparación con las anteriores en el pasado reciente de la isla es la afección que está produciendo en viviendas y otras propiedades, ha señalado a Efe el director del Instituto Volcánico de Canarias, Involcán, Nemesio Pérez, que precisa que la peligrosidad de esta que comenzó el domingo estriba precisamente en ello.

El alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez, indica a Efe que los habitantes de su municipio desalojados viven una continua incertidumbre por saber en qué estado se encuentran sus propiedades.

"La gente está destrozada", afirma el edil, que atiende a todos los ciudadanos que lo precisan porque ahora más que nunca, señala, "hay que estar con ellos" y garantizar su seguridad.

"Ya hay que ir pensando en las líneas de ayuda para los afectados", manifiesta Rodríguez, que se muestra convencido de que para ello habrá colaboración entre administraciones.

Viviendas arrasadas

La lava "camina inexorablemente hacia el mar", lamentó el presidente de la región canaria, Ángel Víctor Torres, que describió "la impotencia ante el avance de esa colada (...) que ya se ha llevado por delante viviendas en esta zona que está dedicada a la agricultura, y que continuará con otras viviendas en su camino hacia el mar".

Mientras siguen sucediendo evacuaciones de vecinos, este martes la lava continúa su lento camino hacia el mar y ya los científicos no se atreven a determinar el momento en el que se producirá. "Da igual cuando llegue. Llegará y no debe pasar nada", dijo el director de Involcán, Nemesio Pérez, en alusión al perímetro de seguridad que se ha establecido en la costa.

En la plaza de la localidad de Tajuya, que se ha convertido en el balcón desde donde ver el volcán.

Las impresionantes lenguas grises y naranjas de lava siguen bajando lentamente del volcán arrasando con los árboles, carreteras y viviendas que encuentran a su paso, según muestran las imágenes que publican autoridades y vecinos.

Por ahora, la erupción del Cumbre Vieja ha destruido 166 construcciones y la lava cubre 103 hectáreas de La Palma, según el sistema europeo de observación espacial Copernicus, que publicó en Twitter una imagen satelital de la isla con las zonas afectadas.

Temor a gases tóxicos

El encuentro del magma ardiente con el mar -inicialmente previsto para el lunes por la noche, pero atrasado por el menor ritmo del descenso- puede generar explosiones, olas de agua hirviendo o incluso nubes tóxicas, según la página del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

"Las nubes creadas por la interacción entre el agua marina y la lava son ácidas", explica a la AFP Patrick Allard, director de investigación del instituto francés de Geofísica del Globo, en París. "Pueden ser peligrosas si uno está demasiado cerca", alerta.

A unos dos kilómetros del mar, el magma avanza ahora a alrededor de 200 metros por hora. Las autoridades no indican, sin embargo, cuándo podría llegar al mar.

En previsión, el gobierno regional de Canarias decretó un "radio de exclusión de 2 millas náuticas" alrededor de donde se espera que desemboquen las coladas de lava, y pidió que no se desplazaran curiosos a la zona.

En base a EFE y AFP


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