Gobierno de Brasil envía al Congreso un proyecto para abrir las tierras indígenas a la industria minera, agropecuaria y eléctrica

El proyecto, que debe ser aprobado por el Congreso, fue calificado como un "sueño" por el mandatario ultraderechista, pero es visto por líderes indígenas como parte de un "proyecto de genocidio".

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó este miércoles un polémico proyecto de ley que abre las tierras indígenas, muchas de ellas en la Amazonía, a las actividades mineras, agropecuarias y de generación eléctrica realizadas tanto por nativos como por terceros.

El proyecto, que debe ser aprobado por el Congreso, fue calificado como un "sueño" por el mandatario ultraderechista, pero es visto por líderes indígenas como parte de un "proyecto de genocidio".

"Espero que ese sueño (...) se concrete. El indígena es un ser humano exactamente igual a nosotros, tiene corazón, tiene sentimiento, tiene alma, tiene deseo, tiene necesidades y es tan brasileño como nosotros", dijo Bolsonaro durante una ceremonia oficial en la que firmó el proyecto.

El texto, que aún no fue publicado, reglamentará el artículo 231 de la Constitución sobre aprovechamiento de los recursos hidráulicos y búsqueda y extracción de riquezas minerales en tierras indígenas.

Según el portal local de noticias G1, determina por ejemplo que la actividad minera podrá ser realizada por "no indígenas", previa autorización de las comunidades nativas.

En un comunicado, la presidencia sostuvo que la "omisión" de gobiernos anteriores para reglamentar esas actividades" causó "inseguridad jurídica" y alentó la minería ilegal.

"El gran paso depende del Parlamento. Vamos a sufrir presiones de los ambientalistas. A esa gente ligada al medio ambiente, si un día pudiese los confinaría en la Amazonía, ya que les gusta tanto el medio ambiente", ironizó Bolsonaro, un escéptico del cambio climático que ve los reclamos ambientalistas como conspiraciones de intereses extranjeros para apoderarse de las riquezas del suelo de Brasil.

Bolsonaro tiene aliados para lograr una mayoría en el Congreso, aunque muchos de sus proyectos fueron frenados allí. En este caso, será determinante el apoyo de la poderosa bancada vinculada al agronegocio, que últimamente dio muestras de preocupación por las denuncias internacionales contra la deforestación de la Amazonía.

Unos 600 líderes indígenas brasileños reunidos en enero en el estado amazónico de Mato Grosso denunciaron que el gobierno impulsa un proyecto político de "genocidio, etnocidio y ecocidio".

El gobierno sostiene que muchos líderes indígenas apoyan sus proyectos.

- "Un zorro en el gallinero" -

En otra medida de desafío a líderes indígenas tradicionales y a grupos de defensa de las poblaciones autóctonas, el organismo oficial a cargo de cuestiones indígenas (Funai) nombró este miércoles al antropólogo y misionero evangélico Ricardo Lopes Dias al frente de la Coordinación de Indios Aislados y de Contacto Reciente (CGIRC).

Se denomina indígenas "aislados" a grupos que no tienen contacto permanente con otros grupos humanos y la Funai buscó tradicionalmente respetar un aislamiento cada vez más amenazado por el avance de las actividades madereras y agropecuarias.

Lopes Dias actuó de 1997 a 2007 como miembro de la Misión Nuevas Tribus de Brasil (MNTB), también conocida como Ethnos360, una entidad de origen estadounidense que promueve la evangelización de los pueblos originarios.

Sin embargo, aseguró en los últimos días que, en caso de ser nombrado, actuaría como antropólogo, y no como evangelizador.

Sus promesas no convencieron a la organización internacional Survival International, la cual afirmó que confiar a Lopes Dias la responsabilidad de los indígenas aislados era como "meter a un zorro dentro del gallinero".

La Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB) afirmó por su parte en una nota citada por Survival: "Nuestras familias sufrieron históricamente con la actuación de misioneros proselitistas, muchos de ellos de la MNTB, que forzaron el contacto con nuestros abuelos y abuelas. Un contacto forzado a través de mentiras, violencia y amenazas de muerte"

(AFP)


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