El presidente electo brasileño había dicho reiteradas veces que mudaría la embajada de ciudad.
Jair Bolsonaro continúa su agenda de actividades en Brasilia, en el comienzo del proceso de transición que lo llevará a asumir la presidencia el 1º de enero. Anoche, dijo que todavía está por decidirse el traslado de la embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
Además, afirmó que el aplazamiento de una visita del canciller Aloysio Nunes a Egipto fue por problemas de agenda y no a represalias de ese país por los anuncios relacionados con el cambio de la sede diplomática.
“Quien decide donde es la capital de Israel es el pueblo, y el Estado de Israel y si deciden cambiarse de ubicación. Lo que yo sé es que también es cuestión de agenda, ahora creo que sería prematuro para un país anunciar una venganza en función de una cosa que todavía no ha sido decidida”, expresó el presidente electo.
Bolsonaro afirmó en varias ocasiones su determinación a cambiar la embajada de Brasil a Jerusalén en línea con Estados Unidos. Varios analistas políticos la consideran una movida arriesgada que podría perjudicar las relaciones con los países árabes, que compran 19 % del volumen de carne bovina que exporta Brasil.
El gobierno israelí considera toda la ciudad de Jerusalén como su capital, en tanto que los palestinos aspiran a que Jerusalén Este se convierta en la capital de su futuro Estado.
Para la comunidad internacional, el estatuto de la Ciudad Santa tiene que negociarse entre las dos partes, y las embajadas no tienen que instalarse allí hasta que no se haya alcanzado un acuerdo. Brasil reconoció el Estado palestino en 2010, bajo la presidencia de Lula da Silva.
