Cuba ha estado embargada por Estados Unidos desde 1962, y el gobierno de Obama busca ponerle un fin.
Lo que no pueden perdonar los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo. No pueden perdonar que estemos ahí en sus narices y que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos.
En medio de la Guerra Fría, la revolución socialista, marxista y leninista liderada por Fidel Castro en la isla caribeña de Cuba se convirtió en el peor enemigo del bloque capitalista, a tan solo unos pocos kilómetros por mar de Estados Unidos. En 1962, el país norteamericano estableció un bloqueo económico al gobierno de Cuba, y a eso se sumaron varios roces bélicos, incluida la fallida invasión de Bahía de Cochinos con la que el gobierno de John Kennedy trataba de dar vuelta el régimen castrista.
A lo largo de los cincuenta años desde el establecimiento del bloqueo, los distintos gobiernos estadounidenses han aflojado o apretado el cinturón alrededor del embargo a la isla, pero en este 2014 todo indica que Barack Obama pretende que su legado histórico sea eliminarlo de una vez por todas.
