La junta militar en Birmania aumenta la represión, mientras siguen las protestas contra el golpe de estado ocurrido hace dos semanas en el país asiático

La ONU y varios gobiernos occidentales reclaman transición democrática y el cese de la violencia.

Los jefes de la junta militar serán "considerados responsables" de la violencia en Birmania, advirtió este domingo el relator de la ONU en momentos en que tropas fueron desplegadas, haciendo temer una inminente represión del movimiento de protesta contra el golpe de Estado.

La embajada de Estados Unidos en Birmania advirtió el domingo por la noche de movimientos de tropas y posibles "interrupciones de telecomunicaciones" en Rangún, la capital económica.

Embajadas de países occidentales en la nación del sudeste asiático, instaron al régimen militar a "no recurrir a la violencia" contra los manifestantes.

En el norte del país, las fuerzas de seguridad dispersaron a una concentración disparando contra los manifestantes, según informó este domingo una periodista local. "Primero lanzaron gases lacrimógenos y luego dispararon", declaró a la AFP la reportera, aunque no pudo precisar si los agentes dispararon balas o pelotas de goma. Cinco periodistas fueron arrestados en esa concentración, según la prensa local.

La situación en Birmania ha sido objeto de numerosas condenas internacionales en las últimas dos semanas, pero que no tuvieron efecto en los militares.

La Junta afirma haber tomado el poder de acuerdo con la Constitución y ordenó a los periodistas que dejen de calificarla como un "gobierno golpista".

Mientras la exlíder del gobierno cívico, Aung San Suu Kyi, se encuentra en arresto domiciliario en Naipyidó, la capital administrativa del país, en buen estado de salud, según su partido.

Birmania ha estado gobernada por militares durante casi cincuenta años desde su independencia, en 1948.


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